Diario de León

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Entre bostezo y bostezo

El Barcelona estará en la fase final de la Liga de Campeones tras derrotar al Legia de Varsovia por 0-1 (0-4 en el global) en el partido de vuelta de la eliminatoria previa de la máxima competición europea. El Barça abusó en Varsovia de s

Cocu y Vuckovic se enzarzan en la pelea por la pelota en un momento del partido

Cocu y Vuckovic se enzarzan en la pelea por la pelota en un momento del partido

Publicado por
Sergi Olego - VARSOVIA.
León

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El control, el toque, y el abuso del esférico, dejaron en anécdota los escasos momentos de emoción de un encuentro para olvidar. Van Gaal les debió exigir a sus hombres que no perdieran el balón. Que lo sobaran hasta dormir a todo polaco presente. El Legia, un modesto rival que lo tendría complicado en la Liga española, opuso muy poca resistencia. Con el mismo planteamiento del partido de ida, los polacos nunca soñaron con la remontada. Ni tan siquiera buscaron el milagro. Christanval cometió el error más grave de la primera parte, que los polacos no aprovecharon. Esa acción desencadenó dos ocasiones de peligro, una en cada portería, con Luis Enrique de protagonista. En la primera el asturiano salvó en la raya de gol un remate de Juzniak. Un minuto después el centrocampista azulgrana marró una excelente ocasión de gol ante Stanew. El esférico debió respirar tranquilo. Fueron únicamente quince minutos pero se los merecía. La reanudación repitió la misma dinámica. El Barça mareaba al Legia. Los polacos, sin ambición alguna, corrían con desgana. Estaban hartos de ser la sombra de sus rivales. Su persecución era infructuosa porque las pocas veces que recuperaban la posesión la perdían acto seguido. El mismo técnico yugoslavo del Legia, Dragomir Okuka, ya avisó tras la derrota del Camp Nou que lo único que quería era no perder el partido de vuelta. Mientras los aguerridos hinchas locales intentaban darle algo de alegría al partido, el Barça continuó con el mismo criterio. Sólo Kluivert, el azulgrana más incisivo, pudo variar el aburrimiento general con una buena acción individual que acabó en un penalti cometido por Juzniak que Mendieta pudo transformar. El tanto coincidió con la ira de los polacos, que encendieron varias bengalas que obligaron a parar el partido un par de minutos.

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