Diario de León

Balonmano | El reportaje

Un enamorado del balonmano con más de 160 historias por contar

Excanterano y socio del Ademar, entrenador en el Atlético Paramés y auténtico apasionado del balonmano, el leonés Adrián González García colecciona desde hace años decenas de camisetas de los clubes más importantes de Europa

León

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La afición al balonmano le viene desde que era un niño e incluso hubo un tiempo ‘no muy muy lejano’ en el que llegó a soñar con dedicarse a ello de forma profesional. «Siempre me llamaron la atención los deportes de contacto y este, en concreto, me pareció muy espectacular», recuerda Adrián González García (León, 1986), quizá el aficionado español que atesora más camisetas históricas de jugadores y clubes de los grandes conjuntos europeos. Cuenta en su haber con alrededor de 160 elásticas de las que 33 pertenecen a diferentes etapas del equipo ademarista. De acrecentar su pasión tiene parte de culpa Manolo Cadenas, a quien considera el «mejor entrenador» que ha pasado por el club. «Con él hemos vivido la etapa más gloriosa». Una época —la de la Liga y el resto de títulos que vinieron después— que como tantos otros aficionados experimentó en primera persona en las gradas del Palacio y entre los miles de paisanos que abarrotaron las calles de la capital... cuando fuimos los mejores , que cantaría Loquillo.

Con Zikica Milosavljevic y su camiseta en el año 2005.

Desde bien pequeño ha tenido una relación estrecha con numerosos jugadores. «No tienen nada que ver con otros deportistas, estos suelen ser muy cercanos y te permiten hablar con ellos sin ningún tipo de problema». Primero fueron las muñequeras, luego las típicas fotos pero lo cierto es que lo de coleccionar sus camisetas comenzó por casualidad y cuando ya contaba con veinte años. «Si mal no recuerdo la primera que tuve fue la de Gustavo Alonso». Y ahora, casi quince años después, guarda bajo su cama —perfectamente dobladas y documentadas— de competiciones tan potentes como Alemania, Francia, España, Croacia o Suecia, entre otras, además de selecciones nacionales. Entre sus favoritas destaca las de Filip Jicha del Barcelona; Ivano Balic del Atlético de Madrid; Pascal Hens del HSV Hamburgo —la camiseta con la que debutó— y Lasse Boesen del Portland San Antonio.

Una larga historia

Del Ademar guarda 33 camisetas, la primera que tuvo fue la de Diego Pérez Marne el año de su debut

Socio del Ademar y excanterano, Adrián acostumbra también a viajar por diferentes ciudades viendo partidos de múltiples equipos. Son muchos los jugadores que conocen su particular hobby, que también comparte en sus redes sociales. «Suelo pedirles las camisetas cuando vienen a León y muchas veces me las traen al año siguiente e incluso algunos —como Patrick Bols, portero actual del Anaitasuna— me las ofrecen directamente. En su caso fue al ver las imágenes que tengo colgadas en Instagram», remarca.

Ole Erevik y Adrián González, en el año 2006.

Los inicios como pivote

A todas sus ‘reliquias’ les da el mismo valor, cada una trae consigo una historia diferente, un momento especial... pero hay una, sin duda, que mira con otros ojos. Es la del Balonmano Atlético Paramés, el club donde se inició como jugador a los diez años —en la posición de pivote— y en el que en la actualidad entrena. Una inoportuna lesión evitó que siga compitiendo. En cuanto a su paso por la base ademarista, el antaño canterano insiste en que le marcó de por vida. «Entré en las categorías inferiores en el año 2000, con 14 años, gracias a Miguel Ángel Cano, que por aquel entonces era mi entrenador». Allí conoció y aprendió casi como el Padre Nuestro los valores que transmite el balonmano. Enseguida supo, también, el angosto sendero que separa a los aspirantes de la élite. «Dar el salto a profesional es muy complicado».

Solo para los elegidos

«En el año 2000 entré en la cantera del Ademar y pronto entendí lo difícil que es llegar a la élite»

De las 33 camisetas que tiene del Ademar, el primero en regalársela fue el mítico Diego Pérez Marne en la 95-96, el año que debutó, y la última —hasta la fecha— la de Pesic de hace un par de temporadas. Como entendido de este deporte y socio ademarista con dos décadas de antigüedad considera que el futuro del balonmano en España no pinta del todo bien. «Faltan más patrocinadores y una mejor promoción. Además la pandemia de coronavirus ha terminado por asestarle otro golpe casi mortal. Habrá menos presupuesto en todos los clubes y por tanto peores plantillas». Algo de lo que sin duda —prosigue— se seguirán beneficiando las grandes potencias continentales. «Como ya ocurre desde hace un tiempo a esta parte, ligas como la alemana o la francesa se seguirán llevando el talento». Sin embargo también atisba un lado positivo. «Las canteras de los clubes serán fundamentales para que se produzca un crecimiento a largo plazo».

El Barça no juega como equipo

González subraya que el nivel había subido considerablemente en nuestro país tras la crisis de 2008, pero lo poco logrado desde entonces es hoy agua de borrajas. Solo el Barcelona parece sobrevivir en un oasis que sin embargo no se traduce en ligas de Campeones. «La final de este año no la pierde por plantilla sino por un aspecto táctico, desde mi humilde opinión. Es un problema de entrenador. Si tu ves los partidos, en muchos de ellos no juegan como equipo».

Jesper Brian Noddesbo, año 2016

En apenas dos días arranca el Mundial de Egipto, que Adrián seguirá con todo lujo de detalles. Ahora que están tan de moda las predicciones se atreve a vaticinar que el oro viajará a España el próximo 31 de enero. «Como vigentes campeones de Europa somos el rival a batir». Y en cuanto al devenir de su Ademar este curso desea que alcancen la segunda plaza en la Asobal y en la Liga Europea de Balonmano ve factible colarse en la final four. «Hay que ser ambiciosos», apostilla el leonés. Sea como fuere, lo único seguro es que continuará empapándose del deporte que ama y coleccionando, cuando se tercie, camisetas de sus héroes.

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