Diario de León

Balonmano

El Barça no da opción a un buen Ademar

Los leoneses caen con honor en un encuentro que siempre estuvo del lado catalán y donde brillaron Khalifa, Marchán y Gostovic

Khalifa tomó el relevo de Slavic en la portería y fue uno de los más destacados del conjunto leonés en la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. J.J. GUILLÉN

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Se cumplió el guion, como no podía ser de otra manera, en una película repetitiva que por desgracia para los mortales siempre acaba con el mismo final. Venció el Barcelona al Abanca Ademar (35-27) sí, incontestable desde el primer segundo, pero no es menos cierto que los leoneses dieron la cara, plantaron batalla y al menos evitaron una dolorosa goleada. La Copa del Rey viajó desde Madrid a la ciudad condal, acostumbrada a engrosar su rosario de conquistas sin que nadie pueda si quiera rechistar. Por eso que los de Manolo Cadenas se vaciaran a sabiendas de que era remar para morir en la orilla se valora todavía más. Ellos ya habían cumplido su objetivo con creces incluso antes de saltar a la pista del Wizink Center. Sus dos finales —Huesca y Bidasoa— cayeron en el zurrón y el premio —también en parte gracias a los de Xavi Pascual, todo hay que decirlo— bien vale el esfuerzo. Acaben donde acaben en la Asobal disputarán la próxima edición de la Liga Europea. Un botín que dadas las circunstancias de una 2020-21 demencial en lo que a compromisos se refiere, se antoja de los gordos.

De tal manera es importante militar en la segunda máxima competición continental para los intereses del club, que con esa carta de presentación el técnico de Valdevimbre lo tendrá más sencillo a la hora de convencer a futuros diamantes en bruto de que decantarse por este equipo es lo mejor que pueden hacer. Que se lo pregunten a Rubén Marchán. En solo dos temporadas ha pasado de ser un buen pivote a colarse en el siete inicial del seleccionador español en un Mundial. Por eso el pasaporte europeo logrado en esta Copa es oro puro. No es menos cierto que aún hay más de un tercio de Liga por delante, pero ahora mismo la cabeza se vislumbra inalcanzable.

Los de Pascual celebraron su 25º título de Copa, el octavo que logran de forma consecutiva . J. J. GUILLÉN

Y en cuanto al partido, pocas conclusiones se pueden sacar. Si acaso entre los brotes verdes de esta final copera se cuela la notoria actuación de Milan Gostovic. El lateral completó su mejor encuentro desde que viste la elástica del Ademar. Sus cinco goles desde el tiro exterior —más algún otro fallado— no sirvieron para meter a los suyos en el duelo pero quizá sí lo hagan para romper ese muro psicológico que le persigue. Se esperaba mucho de él y hasta ayer ni siquiera resultaba sencillo comprender cuál es su punto fuerte. Ahora, con la ausencia por lesión de Semedo, el croata está llamado a ser el ‘gran refuerzo’ del mercado invernal.

Cada día mejores

Casqueiro y Antonio volvieron a sumar buenos minutos con el primer equipo

Es de agradecer que el Barcelona, sabiéndose infinitamente superior a cualquier equipo español, se tome tan en serio sus partidos. De otra forma habría emoción, eso sin duda, pero restaría valor a todo lo demás. Salieron veloces a rematar la faena cuanto antes con un gran Fábregas y un Raúl Entrerríos extramotivado porque dirá adiós al deporte que tanto le ha dado tras los Juegos Olímpicos de Tokio. El 1-3 inicial en poco más de un minuto hacía presagiar lo peor para los ademaristas. Muchos pensaron que la pesadilla iba a tornarse interminable. No fue del todo así. Cadenas cambió sus cromos en la portería y si Slavic lo había bordado frente a oscenses e irundarras, Khalifa no se quedó atrás ayer. Y eso que le tocó bailar con la más fea. No se arrugó el argelino y sus numerosas intervenciones frenaron ese arreón inicial del Barça que suele dejar grogui a sus rivales.

Rubén Marchán, con siete goles, fue el máximo anotador del conjunto ademarista.  J. J. GUILLÉN

El orgullo leonés comenzó a aflorar como casi siempre de la mano de Tin Lucin para que luego se fueran sumando otros como Marchán —máximo anotador del equipo en la final—, Feutchmann —al que eso de partirse la cara por difícil que sea la pelea le motiva especialmente— y el ya mencionado Gostovic. Los tres evitaron males mayores. También es justo decir que el ataque del Ademar desaprovechó numerosas ocasiones para al menos haberse mantenido en el choque durante los primeros treinta minutos. Con todo y eso se fueron al descanso 13-20.

Después la renta se ampliaría hasta el +11, demasiado castigo para un Ademar al que le faltaba el aire, incapaz de frenar a la caballería azulgrana. Su segunda unidad es tan brillante como la primera. Y si Khalifa lo bordó de sobresaliente fue la actuación de Moller y Pérez de Vargas. Pudo ser peor. Ahora toca descansar al fin unos días. Se lo han ganado a pulso. No hay Liga hasta el 17 de marzo. El Ademar regresa a casa con los deberes hechos y un horizonte más relajado y nítido de aquí a final de temporada.

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