El Ademar se desangra atrás

La sombra de Khalifa y sobre todo la de Dino Slavic es alargada. La salida de ambos guardametas del Abanca Ademar —en principio el club solo contaba con perder al croata— ha dejado un vacío muy difícil de suplir a corto plazo. Un problema que se agravó a última hora cuando el Dinamo de Bucarest fichaba al portero argelino, con quien la directiva marista acordó una salida amistosa pese a que le restaba un año más de contrato. Sin ellos en la plantilla, Manolo Cadenas se vio obligado a buscar jugadores jóvenes, sin experiencia en Asobal y lo que es peor, sin que ninguno de los dos aterrizase en el club con la vitola de titular.

Una posición, la de portero, que al técnico de Valdevimbre le preocupaba en exceso cuando regresó al banquillo marista hace ahora tres temporadas —ya le dejó claro a Patotski que no confiaba en él— y que se esforzó en blindar convenciendo a Khalifa para venir a León el curso pasado. Sin embargo, el entrenador lo fió todo a la continuidad del ex del Vardar en detrimento de Slavic, a quien no ofrecieron una renovación convincente. Y ahora, de tener a una de las mejores parejas de porteros de la Asobal, el Ademar ha pasado a ser, en la cuarta jornada de Liga, el cuarto equipo que más goles recibe (118) —con una media de 29,5 tantos encajados por partido—. Solo Logroño (134), Cuenca (130) y Sinfín (127) presentan números peores.

Y no es que toda la culpa de los goles en contra del equipo sea de Bomastar y Papantonopoulos, pero lo cierto es que el porcentaje de paradas de ambos jugadores dista mucho del nivel que había en años anteriores. Ninguno termina de cuajar un partido notable, solo aparecen en determinadas fases y así resulta complicado dominar en el marcador o que los encuentros igualados caigan en favor de los leoneses. De momento los números no engañan. Van dos derrotas en Liga, una en la Supercopa y otra en la eliminatoria europea frente al BM Logroño; bestia negra del Ademar este curso.

Irregulares en defensa

Queda mucha temporada aún por delante para que las nuevas piezas del puzzle de Cadenas encajen a la perfección —solo con la Liga como competición principal— aunque la irregularidad del equipo comienza a ser preocupante. Al margen de la portería, la defensa tampoco acaba de mostrarse del todo sólida. Buen ejemplo de ello han sido los tres partidos frente al conjunto riojano. En todos ellos los de Velasco anotaron con cierta facilidad.

Gonzalo Pérez cree que al equipo le falta «tener más cabeza, porque no se puede apelar siempre a la épica, la lucha y la entrega como tuvo el equipo en la segunda parte ante Logroño, tanto en la competición europea como en la Liga, sino que hay que cambiar la dinámica».

Lo que está claro es que hay un talón de Aquiles que está lastrando al Ademar y esa es su portería —y por momentos su defensa—.