La Real, líder sin complejos

El Barcelona, que pese a su gol ofreció una imagen lamentable en el primer tiempo, sólo reaccionó, con la entrada de Overmars, cuando vio el partido perdido, y terminó con nueve un partido en el que Bonano fue el mejor de su equipo. Porque si la Real hubiese tenido más pegada y no llega a ser por el portero argentino, el líder habría infligido un severo correctivo al Barça, y esta vez no fue Van Gaal el gran culpable. El Barça sólo tuvo un disparo a puerta en toda la primera parte, y no pudo tener más suerte, porque el disparo lejano y flojo de Kluivert pegó en un defensa, sorprendió a Westerveld, dio en el palo y se coló tras pegar en la espalda del portero holandés. La Real debía haber goleado al Barça en el primer tiempo, y al menos logró empatar casi al final gracias a una jugada ensayada, perfectamente ejecutada por Xabi Alonso y rematada de cabeza por Kovacevic. Bonano tuvo que evitar otro gol de la Real cuando se llegaba a la media hora y el partido transcurría con los locales como dominadores y los visitantes corriendo tras el balón y echándose atrás. Porque aunque teóricamente sólo había una línea de tres en defensa, ahí tenían que aplicarse todos en la destrucción, Gabri, Cocu, Saviola, e incluso Riquelme y Kluivert, siempre muy alejado del área rival, aunque desde ahí adelantó al Barça. Aunque tuvo que ser a balón parado, la Real por fin encontró premio antes del descanso, demostrando autoridad, conjunción, capacidad de trabajo y ambición. El Barça, muy apático, ya tendría que haber recibido un severo castigo en ese primer periodo. Pero no hubo que esperar mucho tiempo para el 2-1, porque se veía venir después de otras dos claras oportunidades de gol de la Real en sólo dos minutos, y otra de ellas salvada por Bonano a bocajarro ante Kovacevic. El Barça estaba siendo acosado de nuevo, y tras un fallo en el despeje de Navarro, Kovacevic esta vez no perdonó, picando el balón ante el meta argentino. La Real ya había remontado con merecimiento, y a partir de ese momento fue el Barça el que intentó dominar. Después de una fase de alternativas en las que hubo llegadas a ambos áreas, y tras la salida de Overmars, fue el Barça el que pasó a llevar el peso del partido, mientras la Real se defendía con mucho orden e intentaba sentenciar al contraataque. Y otra vez, en un minuto, otra gran parada de Bonano ante Nihat, y un trallazo de Aranburu al poste. El Barça volvió a salvarse milagrosamente, y al equipo de Van Gaal, que siempre busca como revulsivo a Rochemback, le entraron las prisas, con una incapacidad absoluta para crear juego y generar peligro. Pese a su dominio, y por si el Barça no tenía bastante, Motta fue expulsado por quejarse, al igual que Overmars, en la prolongación.