Una Copa con trampa para el Ademar

El camino hacia un título siempre es difícil. Más si en tu camino se cruza un muro que en los últimos años se ha convertido en insalvable para todo equipo mortal de la Liga Asobal.

El Ademar es uno de ellos y ese ogro no es otro que el Barcelona. Bien es cierto que a los leoneses el sorteo, menos puro en cuanto a su desarrollo que otros años de la fase final de la Copa del Rey les asignaba un rival a priori accesible en los cuartos de final, el Cangas. Un dulce algo amargo ya que si los de Cadenas logran superar la criba tendrán nada menos que emparejar su camino con el todopoderoso Barcelona, un enemigo de cuidado al que hacer solamente cosquillas parece casi una quimera. Y menos superarlo. Algo que sería obligado para que el premio fuera mayor, el poder disputar una final de la Copa como en la edición precedente y optar a ganarla. El premio añadido sería nada menos que sacarse un billete para la Liga Europa. La única vía que esta temporada y tras el irregular papel realizado por el Abanca Ademar en la Liga parecía factible.

Antequera, del 25 al 27 de este mes, será escenario de un torneo del ko que no ha sido propicio para los intereses ademaristas. No es que se quisiera contar con una alfombra para meterse en la batalla por el título. Pero el temor a que tocara el único rival que nadie quería se convertía en una dolorosa realidad en la sede del Consejo Superior de Deportes. Ni la mano de Jordi Ribera ayudó. Menos que el sorteo, que a priori abría un camino factible en su lado del cuadro. La bola de los leoneses iba a salir en la séptima posición. Antes la mano del seleccionador español había deparado que en uno de los lados del cuadro fueran ubicados el Cangas y el Anaitasuna.

En la otra un pulso de altos vuelos como el Bidasoa-Granollers y a priori otro de los accesibles, el Puente Genil. Restaban por tomar la palabra los dos cabezas de serie, el vigente campeón y gran favorito, el Barcelona y el colista de la Liga, el Antequera. Este segundo por su condición de anfitrión, tenía la opción de elegir parte del cuadro. Y se decantó por la que le iba a cruzar con otro equipo andaluz, el Puente Genil. Y ahí el daño colateral para el Ademar lo reportaba el Barcelona, que iba a parar a su cuadro. No para el cruce de cuartos de final, pero sí para una posible semifinal. Y ahí es nada con semejante ogro.