La Cultural sigue cotizando a la baja

Hay maneras de perder, y últimamente la Cultural ha ofrecido en más de un desplazamiento una imagen francamente mejorable. Pero en Riazor los de Curro Torres dieron la cara ante otro de los favoritos al ascenso, jugando con valentía y cayendo por culpa de un penalti a media hora del final que dejó al equipo con diez jugadores. Antes había empatado el equipo gracias a una jugada de fe de Nahuel que convirtió Obolskii, pero el mazazo del 2-1 y la roja a renglón seguido fue demasiado para el equipo del Reino de León. Sufrió el Deportivo para llevarse el gato al agua incluso en superioridad, pero la cuestión es que la Cultural vuelve a regresar de vacío.

Salió valiente la Cultural en un feudo imponente como es siempre el coliseo herculino, sin atisbo de encierro en su parcela sino tocando y llegando, volcando sobre todo sus ataques por el costado izquierdo donde Castañeda y Ketu estaban muy activos. El primer disparo a puerta fue leonés, en las botas de Álvaro Juan para que atrapase sin dificultades el cancerbero Mackay. El Deportivo, con una alineación repleta de cambios tras el desastre de Badajoz, buscaba la velocidad con una primera llegada destacable de Héctor Hernández por el costado zurdo sobre el cuarto de hora, jugada que finalizaba en córner. No había un dueño claro sobre el campo con llegadas de unos y otros, percutiendo Ketu sobre el minuto 20 en una jugada que Obolskii no pudo rematar con acierto. William de Camargo ponía a prueba a Dani Sotres a los 26 minutos de encuentro, valiente el arquero en varias salidas fuera de su marco al jugar la defensa leonesa bastante adelantada.

Pero la Cultural se mostraba valiente con el esférico en su poder, con buena técnica en la medular -el que no juegue bien en la alfombra de Riazor es que no sabe- y con llegadas como una buena entrada en diagonal de Solís con un chut que se iba desviado.Y en esta dinámica de igualdad, una nueva llegada de Héctor por la izquierda del Dépor generaba un centro para el despeje acrobático de Sotres, si bien la pelota volvía al área donde Quiles controlaba y a la media vuelta y de zurda en la frontal, quizás con el meta culturalista algo descolocado en su retroceso, ponía pegado al palo el primer tanto de la tarde. Rompía su gafe el Deportivo, le tocaba de nuevo remar contra corriente al conjunto de Curro Torres.Lo buscaba por la vía rápida y en la estrategia la escuadra del Reino de León, pero el remate de Fran Cruz de cabeza se marchaba desviado. El gol a favor galvanizó a los de Borja Jiménez, demasiado acelerados hasta ese momento con el esférico en su poder, y forzaron los locales sendas amarillas para los centrales del cuadro visitante que les mediatizaron de cara a la segunda mitad.

Arrancaba el segundo periodo con más pelota del Dépor. Se jugaba casi siempre en el campo leonés, ya que la presión alta de los locales impedía a la Cultural manejar con comodidad, y los visitantes perdían el esférico con inusitada rapidez. Eso sí, los gallegos no acababan de generar peligro claro mientras el banquillo de Torres buscaba un primer revulsivo en Nahuel.Y Nahuel fabricó el gol del empate a base de fe, cuando apenas llevaba cinco minutos sobre el campo. El número once de la Cultural persiguió un balón imposible que tenía la zaga coruñesa con comodidad, lo robó y entrando hasta línea de fondo acabó dando el pase atrás para que Niko Obolskii marcase a placer la diana que devolvía el equilibrio al marcador de Riazor. La fe mueve montañas, y también fabrica goles importantes. Pero del cielo al infierno hay un pasito, y un servicio en profundidad de los locales lo convertía William de Camargo en una veloz carrera, entrando en el área y cayendo al suelo acosado por detrás por Fran Cruz. No lo dudó el colegiado: penalti, segunda amarilla al central y gol de Quiles engañando a Dani Sotres con su toquecito por bajo. El peor decorado posible le quedaba a la Cultural, por debajo, en un ambiente infernal y con un jugador menos.Pese a ello, el equipo dio la cara en inferioridad y forzó llegadas como un chut alto de Alberto Solís. Eso sí, estaba más cómodo el Deportivo con uno más hasta la conclusión del encuentro.