Diario de León

La perdiz y la liebre no remontan

Superados los dos meses de campaña ambas piezas cinegéticas apenas se dejan ver en los campos leoneses El conejo se salva del suspenso, aunque el notable se queda lejos

La temporada de caza menor transcurre en clave desigual en la provincia leonesa. RAMIRO

La temporada de caza menor transcurre en clave desigual en la provincia leonesa. RAMIRO

León

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La temporada de caza menor en Castilla y León afronta su último tercio de actividad. Y lo hace con más nubes que claros. También en la provincia leonesa que a pesar de mejorar los registros de buena parte de sus vecinas en la Comunidad ofrece registros en algunas de las piezas estrella regulares tirando a malos.

Desde que la temporada de caza menor levantara el telón el 24 de octubre (lo bajará el 23 de enero) las perspectivas que se centraban en la perdiz y la liebre no han variado. Y estas no eran nada positivas. Todo lo contrario. En el caso de la primera su puede constatar su escasa presencia. En algunos lugares incluso nula o anecdótica. El aprobado bajo y en ciertos escenarios el suspenso es la nota que caracteriza esta ‘evaluación’, un examen que no variará en su calificación en el caso un mes que queda por delante.

Y es que la ausencia de crías o en su caso las pocas polladas nacidas en los meses precedentes no han permitido que los cazadores puedan dar con bandos numerosos en cuanto a cantidad y también en distribución. Un escenario que convierte el poder cobrarse una pieza en una empresa harto complicada. Más si cabe si no se dejan ver.

Otro suspenso se lo está llevando la liebre. La población en los últimos años no ha sido la deseada aunque en este se puede decir que se ha llegado a un punto en el que su presencia es bastante escasa. Las enfermedades que han diezmado su población tienen buena parte de la culpa y también otros condicionantes que a veces con carácter cíclico revierten de manera negativa en una población. Y este es el caso de la liebre.

No corren por tanto buenos tiempos para la perdiz y la liebre, aunque se espera que como todo en la naturaleza, los próximos ejercicios se tornen en este caso en positivo. Eso sí, por el momento la situación no apunta a nada bueno.

Del triunvirato de piezas estrella de la caza menor el que mejor parado sale es el conejo. Bien es cierto que su número tampoco es para tirar cohetes. Ha habido bastantes años mejores. Pero también iguales o peores Todo depende de cual sea la época a la que nos refiramos.

Eso sí, en ese lado positivo de un aprobado que puede irse en algunos escenarios al alto también hay que constatar que en el debe aparece la irregularidad a la hora de encontrar poblaciones más que destacadas. Su número es menor al de los últimos años también con las enfermedades que diezman la población como principales enemigas.

En ese apartado del aprobado se encuentran también la becada y la palola. En el caso de la primera y a pesar de que se auguraba un mal ejercicio se ha comprobado que no ha sito tan negro con números que aunque más bajos que en los mejores años tampoco se han convertido en un desierto en cuanto su presencia en estas semanas.

Y en lo referido a la paloma. Se puede decir que es la que mejor situación presenta con bandos importantes en número, algo que viene siendo la tónica habitual en estos años y que no ha variado en esta temporada de caza menor.

IRREGULAR EN EL JABALÍ

Por l que respescta a la caza mayor y en este caso al jabalí, el transcurso de edsta campaña está resultado irregular. Bien es cierto que su número es más que destacado en cuanto a piezas. Pero tamkbén que en muchpos casos su presencia se circunscribe de un amanera poco homogénea tendiendo en algfunos casos a la concentración.

O lo que es lo mismo, donde su presencia es más que palpable, esta se caracteriza por un alto número de ejemplares.

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