El vestuario del Ademar cierra filas en torno a Manolo Cadenas

Tres puntos de los últimos diez en juego. Ese es el paupérrimo botín que ha sacado el Abanca Ademar desde que cerrara la primera vuelta de la Liga frente al Barcelona el pasado mes de diciembre. Una racha impropia del conjunto leonés que ha desatado toda una crisis interna entre la directiva y Manolo Cadenas, a quien el pasado lunes —en una reunión de urgencia— le reclamaron que recondujese cuanto antes la deriva deportiva de los suyos. 

El ridículo histórico que el cuadro ademarista protagonizó el pasado domingo ante el Cisne —colista de la Asobal— colmó la paciencia de parte de la cúpula. Las presiones de algunos miembros de la directiva a Cayetano Franco causaron incluso que el máximo mandatario del club leonés cambiase su discurso público abriendo la puerta de salida al técnico de Valdevimbre. De tener apalabrada una futura renovación de su contrato por dos años más —el actual concluye a final de temporada— a no descartar incluso un hipotético cese antes de que concluya la Liga. Le responsabilizan de la mala planificación de la plantilla. No solo de la de este curso sino de la anterior, donde su apuesta por jóvenes de fuera del país salió mal. Todo el mundo es consciente de que el veterano preparador cierra prácticamente el cien por cien de las incorporaciones, lo que deja a la dirección deportiva en un segundo o tercer plano.

Con la Copa Asobal a la vuelta de la esquina —se disputa en León los días 18 y 19 de marzo— ha habido una especie de ‘acuerdo’ para que la sangre no llegue al río antes de esa cita. Después todo es posible, aunque Franco es el mayor interesado en que el rumbo deportivo del equipo se enderece para no pasar a la historia como el presidente que echó a un mito como Manolo Cadenas. Con no renovarle matará dos pájaros de un tiro. El problema es que una buena parte de la masa social culpa también a la directiva por su «inacción» en los últimos años. 

Se ve con fuerzas de seguir

Cadenas, por su parte, insiste en que quiere seguir al frente del banquillo más allá de la 2022-23. Entiende algunas críticas. Otras no, pero por ahora se muerde la lengua. Sabe que su plantilla no está al nivel deseado, aunque tiene margen para arreglarlo. De hecho, a pesar de que solo ha sumado tres puntos en toda la segunda vuelta, las plazas europeas se encuentran a tan solo cuatro puntos. No es ni mucho menos imposible y más vista la irregularidad que presentan casi todos los equipos.

Eso sí, un traspiés este domingo contra Sinfín podría desatar la guerra del todo. Si ganan Cadenas ganará crédito hasta final de mes porque entre medias está la Asobal y la eliminatoria copera con Anaitasuna. El vestuario, o por lo menos las vacas sagradas, cierran filas con su entrenador.