España no falla en el primer paso

España cumplió ayer el trámite en su estreno del Mundial de balonmano que comenzó en Portugal, confirmada en Guimaraes la ya sabida inferior calidad de Marruecos, tras vencerle por (23-18) aunque con un juego y actitud preocupantes en un partido tedioso. Marruecos, sin desmerecer el esfuerzo de la federación del país africano por elevar el nivel de su selección, hoy por hoy no pasaría apuros para mantener la categoría de la segunda división española. Sin embargo, el bajo rendimiento del equipo español en los primeros 30 minutos, desconocido por su falta de personalidad o concentración tanto en defensa como en ataque, obró el milagro de ver cómo Marruecos no se despegaba del tanteador. Incluso empataba en ocasiones. César Argilés, seleccionador español, mostró una de sus muchas virtudes: la paciencia. Quizá otros preparadores se hubieran desesperado por el pobre trabajo de sus jugadores. El mallorquín se mostró tranquilo, a sabiendas de que su equipo no rendía ni al 20% de su capacidad. Se produjeron detalles y situaciones de juego incomprensibles, pero Argilés seguía impasible. Por ejemplo, un extremo zurdo como Mustafa Taj, de 1,80 metros, se permitía la licencia de lanzar en suspensión por el centro de la defensa española. España juega esta noche su segundo partido del Mundial contra Polonia, a las 21:30 horas.