Respaldo intelectual

Estaba prevista que la Introducción a las Jornadas fuese hecha por quien figura como primer ponente: Guillermo Suárez Fernández, Catedrático leonés residente en Madrid y autor de numerosos ensayos y evaluaciones sobre Lucha Leonesa. En su condición de «Leonés del Año» de 1997, estuvo este fin de semana en León participando como Jurado en las votaciones para la adjudicación de dicho galardón. Pero una emergencia imprevista le obligó a regresar a Madrid la misma noche del domingo. No obstante el Doctor Suárez tuvo la gentileza de enviar un texto que sirviera de introducción a las Jornadas y que fue leído anoche por el moderador. Así se manifestaba Guillermo Suárez en su «texto introductor de las Jornadas». «Ante la imposibilidad de mi presencia en las «Jornadas sobre Lucha Leonesa» organizadas por el Diario de León, quiero expresar brevemente el sentimiento que me anima en relación con el evento los días 27, 28, 29 y 30 de enero. El concepto que me merece la lucha leonesa como deporte autóctono incardinado en el pueblo llano, de una extensa zona leonesa de origen montañés, que se va haciendo rivera fluvial para confluir sus ríos en el Esla, ha sido expuesto en artículos que han visto la luz en la prensa leonesa, tales como Lucha Leonesa. ¿Algo más que un deporte? Lucha Leonesa. El nacimiento de una ilusión, Imágenes retrospectivas de la Lucha Leonesa I y II. Deporte autóctono y cultural. Lucha leonesa (ABC), quizá algún otro. No voy a repetir ahora lo ya expresado con anterioridad. Recuerdo haber participado en un evento similar hace tres años, también auspiciado por el Diario de León y me encantaría estar de nuevo presente, pero no me es posible, debido a obligaciones personales ineludibles en Madrid donde resido y en estas fechas. Lo siento. Quiero manifestar mi disposición favorable a cuantos actos se organicen a favor de ese bello deporte que es la lucha leonesa, del mejoramiento de sus estructuras y funcionalidad, disposición favorable por encima de políticas y banderías, con el perfeccionamiento luchístico como única meta. Es mucho lo que se ha venido avanzando en este deporte. Eso es innegable. Pero mucho también lo que resta por hacer para consolidar la lucha leonesa, cuyo origen y raíces se insertan en el medio rural y que es hora ya de invadir la urbe, tema abordado hasta el presente con cierta timidez. La timidez deberá dejar paso al atrevimiento y a la osadía en ese inquebrantable afán de mejora. No soy yo la persona más adecuada para hacer una introducción o presentación de estas jornadas por varias razones. Mi ausencia de León pasa ya de los treinta años. Cuando residía en León estaba siempre en los entresijos de la lucha, con amigos en las comisiones y federación. Siempre he conservado la casa de León, con todo mimo, para no perder contacto familiar con mis raíces. Pero no es igual que permanecer todo el año. Me ha permitido, sin embargo, mantener contacto con este noble deporte de la Lucha pero de una forma peculiar y atípica. En verano asisto a un buen número de corros, me recreo deportivamente, saludo a viejos amigos, me voy al final sin más ceremonia, analizo lo visto con algún amigo y no me entero del juego interior de la organización y sus problemas. Es decir, sobre mí no actúa ninguna influencia externa que se oculte a mis ojos; mi objetividad está clara. Con esa libertad que me da esa absoluta neutralidad, de la que presumo, cuando una acción sobrepasa un determinado dintel, pocas veces ha ocurrido, y me parece injusta, la denuncio. Y así lo hice con la sanción de Benigno González, hace tres años; sanción torpe y desproporcionada que ha perjudicado gravemente la lucha leonesa y lo he intentado de nuevo en el caso de Clemente Fuertes, por similares motivos, aunque esta vez el intento se quedó por el camino. Una pena. Y cada palo que aguante su vela. En un plano positivo, algo se está moviendo en el entorno de la lucha leonesa. Nos ha sorprendido favorablemente, por ejemplo, la serie de publicaciones sobre este deporte últimamente. Esto es motivo de estímulo anímico y esperamos que, junto a otras acciones, también positivas, nos hagan olvidar los aspectos tristes que no merece el noble deporte de la lucha leonesa. Mis mejores deseos para las jornadas.