La victoria, única medicina

Llegando los tiempos de carnaval ponerse el disfraz es una cosa muy natural. En el mundo del fútbol disfrazarse es algo que no se puede hacer porque siempre hay que dar la cara, tanto cuando se va bien como cuando se va mal. Ser positivo es un aspecto importante para el buen desarrollo competitivo, pero si a eso no unimos el trabajo bien hecho y la demostración sobre el terreno de juego, los logros no serán muy satisfactorios. Nadie regala nada y cada uno tiene que ganárselo por sí mismo. Estar en racha o no es uno de los tópicos que más se utilizan para explicar la actuación de un equipo en un determinado momento. Es cierto que hay épocas donde todo sale a pedir de boca, a pesar de no poner todos los medios posibles. Otras veces todo se tuerce y parece que no tiene solución y que nunca va a cambiar el mal fario. La explicación no es nada fácil y me atrevería a decir que hasta no la tiene y la pregunta sería ¿porqué? Lo importante es mantener la confianza, la intensidad y poner todo al alcance, porque a partir de ahí el resultado tiene que llegar en una fase regular tan larga. La solución es la victoria y con ella desaparecen los males y las incertidumbres quedando todo lo de atrás olvidado. La empresa parece fácil, pero lo difícil es conseguirlo. La Bañeza vuelve por sus fueros consiguiendo ese tan ansiado triunfo ante uno de los rivales directos y cortando esos malos augurios que empezaban a merodear por el ambiente. La dificultad del rival y el irregular estado del césped no hacían fácil la empresa, pero los jugadores bañezanos demostraron que hay que contar con ellos para esta liga y que los malos resultados los tiene cualquiera en algún momento de la competición. El colchón de puntos obtenido en la primera vuelta permite ciertas concesiones para poder seguir en las posiciones de privilegio. La presión de ser uno de los favoritos del grupo y tener el objetivo de la promoción tan cerca hacen mantener la intensidad y la tensión a los componentes del cuadro bañezano. Las posibilidades son reales, ahora sólo queda conservarlas. Ser uno de los gallos no es fácil y más cuando se gana a pulso desde la primera jornada. La realidad no ofrece dudas y la trayectoria tampoco. El Promesas Ponferrada no pudo encadenar su octavo triunfo consecutivo, pero sigue sin perder en lo que va del 2003. El empate logrado sirve para mantenerse entre los cuatro primeros para seguir consolidándose en esta disputada liga. No fue uno de los mejores partidos el jugado en León ante el «filial» blanco, pero si fue bueno el botín, que a la postre es lo que cuenta. Seguir confirmando esa línea ascendente es prioritario para el conjunto ponferradino en los siguientes compromisos. Saber hasta donde puede uno llegar es la principal virtud para conseguir logros importantes. La Cultural B sigue confirmando que la credibilidad de sus jóvenes jugadores está más que demostrada. Las buenas sensaciones que ofrecen los futbolistas se deja notar en el campo partido a partido. Las ansias de ganar y de hacerlo bien juegan muchas veces malas pasadas y es que la inexperiencia tiene esas cosas. Saber sufrir en situaciones límite es otro de los puntos positivos de este grupo que poco a poco va afianzándose en la competición. La misión de este equipo es hacer jugadores para el primero y con alguno que salga la rentabilidad ya está clara. La motivación e ilusión deben ser grandes y el desánimo no debe cundir, pues no todos disfrutan de esa oportunidad. La Hullera es incapaz de encontrar remedio para cortar la línea de resultados negativos. La mejoría en el juego es evidente, pero los triunfos no llegan. La necesidad de sumar empieza a llamar a la puerta y la dificultad de lograrlo es cada vez mayor. Mantener la calma, demostrar tranquilidad y tener la certeza de que se va a lograr son aspectos decisivos para ello. El Atlético Bembibre lleva hasta las últimas consecuencias se lema de «más de lo mismo», y es que lograr un gol es casi misión imposible. Una competición larga te da y te quita, pero cuando hay más diferencia en contra que a favor la mala suerte no existe. Las medidas deben aparecer.