Diario de León

La Deportiva olvida sus penas con una gran victoria frente al Sanse (0-3)

El cuadro berciano puso punto final, de paso, al mal fario que le perseguía con los franjirrojos

Publicado por
Ramón Díez - enviado especial| madrid
León

Creado:

Actualizado:

En fútbol los goles son la mejor medicina que puede existir existir contra los males de un equipo. Y de ese ungüento divino bebió ayer la Ponferradina en San Sebastián de los Reyes, acallando, con tres goles como tres soles, todas las críticas que habían llovido sobre la escuadra berciana a lo largo de toda la semana. El desastre de Burgos ya es historia, aunque después se ha visto que sirvió para que el cuadro blanquiazul se pusiera las pilas en su afán de reconciliarse con una afición que empezaba a dudar del auténtico potencial de la plantilla. Como en algunas películas de ficción, debería advertirse a los espectadores (léase aficionados) que cualquier parecido con la realidad (en este caso con el partido pretérito del Plantío) es pura coincidencia. Y es que los de Tomé saltaron al pesado césped de Matapiñoneras con la lección bien aprendida, plenos de concentración y enrabietados por dejar atrás su pasado más reciente. Pronto se vio que los bercianos iban en serio a por los tres puntos y las sensaciones que transmitían al exterior no podían ser más positivas. El serio comportamiento de los jugadores de la Deportiva en Madrid era la enésima confirmación de la ilógica del fútbol, que no tiene en cuenta lo anterior. El Sanse llegaba crecido después de su triunfo en el Amilivia y los de Tomé accedían al compromiso con una cuenta por saldar tras el fracaso de Burgos, por no hablar de otros trámites bastante discretos como los de Palencia, Real Madrid B o el mismo del Majadahonda en el Toralín, donde tampoco se ofreció lo que el público esperaba. Lo más importante de todo (puntos al margen) es que Tomé sabe ahora, por si albergaba alguna duda todavía, que cuenta con una plantilla compensada y capaz de ofrecer buenas prestaciones pese a los cambios introducidos. Sería un error abundar en una alineación que había demostrado a gritos la necesidad de modificaciones. Fuentes, Igor, Alejandro y Panadero (Toñín se quedó en casa por una distensión) evidenciaron que se puede y se debe (al menos en estos momentos) contar con sus servicios. A ese grupo deberían unirse también gente como Rial y Davinchi que actuaron ya con el partido avanzado. Lo cierto es que todas las ocasiones de gol que se registraron en la primera mitad eran protagonizadas por los blanquiazules. El 1-4-2-3-1 que ideó Tomé proporcionaba los frutos apetecidos. Con el campo muy mojado, los bercianos probaban fortuna desde cualquier sitio y tanto Panadero como Brasi avisaron de sus aviesas intenciones. Finalmente sería el cordobés quien se reencontrara con el gol (no marcaba desde el partido contra el Lugo de la pasada campaña). Ese tanto dio alas a la Deportiva y al propio delantero que había inaugurado el marcador con un soberbio zurdazo desde la frontal. A punto estuvieron de secundarle Brasi y Gámiz antes del descanso, pero el resultado no varió. Salió con ganas el Sanse en el segundo tiempo, todavía aturdido por la superioridad que habían demostrado los bercianos en el primer tramo del compromiso. El inicial cuarto de hora de la reanudación sirvió para nivelar la contienda, pero aún llevando la iniciativa gracias a los tres cambios introducidos por Paco Gutiérrez, el Sanse no fue capaz de disparar ni una sola vez entre los tres palos. A menos A medida que avanzaba el partido los madrileños se fueron diluyendo como un azucarillo dentro del recipiente montado hábilmente por Tomé y llegaron las ocasiones de la Ponferradina en contragolpes mortales, porque el Sanse dejó sólo tres defensas para intentar cambiar la dinámica del compromiso. Fue entonces cuando Lanza entró como un puñal en la despoblada zaga franjirroja y sirvió desde la izquierda para que, primero Brasi y más tarde Davinchi, fusilaran a Leal. El público local secundó a sus jugadores y tanto unos como otros terminaron por rendirse al abrumador dominio blanquiazul. Nada mejor para recibir el viernes al Conquense, pero sin confianzas.

tracking