La Armada se queda con sólo ocho jugadores en Australia

Tras las eliminaciones en la tercera sesión de Galo Blanco y David Ferrer, España ya sólo tiene a ocho representantes en el Open de Australia 2004 de los veintisiete que tomaron la salida. Seis hombres y dos mujeres constituyen el ahora reducido grupo hispano. La valenciana Anabel Medina representa con Virginia Ruano el binomio de supervivientes españolas. Medina superó a la ucraniana Yuliana Fedak (206 del mundo) por 6-2, 2-6 y 6-3 y en la tercera vuelta tendrá como oponente a la francesa Amelie Mauresmo. Anabel había encarrilado el partido sin problemas. Después cedió gas y permitió la reacción de su adversaria, aunque al final se hizo con el triunfo. En el transcurso del segundo set recibió un aviso del juez de silla por llegar tarde a su posición para efectuar el resto. El encuentro duró cerca de dos horas y en el último tramo la española aceleró la potencia de sus golpes para abrirse el camino. Sabe que Amelie Mauresmo es una jugadora de clase y con experiencia, que en 1999 alcanzó la final del Open de Australia. En todo caso, Medina parece decidida a emplearse a fondo, porque cree que «ella tiene toda la presión». No ha visto a la francesa en vivo, aunque sí por televisión, y reconoce que sus recursos son de indudable eficacia. Anabel tiene un carácter muy particular. A veces pierde los papeles y por eso su entrenador debe andar con pies de plomo para controlar sus acciones. Anabel Medina jamás olvidará este país, porque en la edición de 2002, jugando contra Mónica Seles, sufrió una grave lesión (rotura total del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha) y permaneció nada menos que ocho meses inactiva. A base de esfuerzo consiguió recuperarse, pero todavía le falta bastante para recobrar el juego de entonces. Adiós de Blanco y Ferrer En el cuadro masculino cayeron Galo Blanco y David Ferrer. El asturiano Blanco fue derrotado por el zurdo austriaco Jurgen Melzer (6-3,6-4 y 6-3). El duelo duró una hora y cincuenta y cinco minutos. El de Oviedo se vio superado por el servicio de su competidor. «He tenido nada menos que doce ocasiones para romper y no lo he logrado, y aquí si no haces break difícilmente puedes ganar», explicó Galo, que por primera vez, en siete comparecencias en el Open había conseguido salvar la primera ronda. Blanco acusó molestias en un abductor «y es que no podía sacar tan fuerte como pretendía». Respecto a la despedida de David Ferrer, hay que remarcar que sus 78 errores no forzados lo condenaron a caer vencido por el holandés Sjeng Schalken (6-3, 6-2, 5-7 y 6-1). El tulipán destaca por la firmeza de su tenis.