Michael Owen,su quinto galáctico
El inglés, que lucirá el 11 de los míticos Di Stéfano y Gento, ha costado sólo 12 millones de euros
«Es un orgullo vestir esta camiseta. Mi padre me ha hablado del Madrid de los años 60, de Puskas, de Di Stéfano y de Gento, el jugador más rápido que ha visto en su vida». El inglés Michael Owen, presentado ayer en el palco del Bernabéu como nuevo jugador blanco para las próximas cuatro temporadas con opción a una quinta, por las que percibirá más de 20 millones de euros, recibió, ufano, la elástica con el mismo número que lució la galerna del cantábrico, el mejor extremo izquierdo de todos los tiempos y el único que ha conquistado seis Copas de Europa. «Esperemos que Owen esté a su altura», destacó Alfredo Di Stéfano, presidente de honor del Madrid, tras entregarle la prenda. El quinto galáctico de Florentino -tras Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham- y el más barato, ya que su coste asciende a 12 millones de euros más el canterano Núñez al Liverpool, culminó ayer, vestido de blanco, 20 horas de pleno ajetreo. Aterrizó pasadas las cinco de la tarde del viernes en Torrejón de Ardoz, superó un exigente reconocimiento médico en el que los médicos blancos trataron de descubrir el porqué de sus repetidas lesiones musculares, estampó su firma y compareció en Chamartín tras pernoctar en el habitual hotel de concentración de sus nuevos compañeros. Tras el acto protocolario regresó a toda prisa a su país para concentrarse con la selección inglesa que el miércoles se enfrenta a Ucrania. «Vuelvo el jueves», subrayó el ex del Liverpool tras agradecer a Florentino Pérez haberle brindado la «oportunidad de jugar en el mejor club del mundo». Owen se atrevió en su primer día a comenzar su alocución con «buenos días» y a cerrarla con «muchas gracias». Menos glamour Owen, de 24 años y ganador del Balón de Oro en el 2001, fue objeto de la presentación con menos glamour de la era Florentino. Es cierto que tuvo lugar en el lujoso palco de honor, pero su presencia no concitó a más de medio centenar de periodistas. Este dato no sorprendió, debido al puente de agosto, pero sí lo hizo el hecho de que el acto tuviera lugar sin que los informadores pudieran realizar preguntas.