Schumacher y más Schumacher Ferrari inmortaliza con una foto de familia su 14º título de constructores

Los dos pilotos del equipo Ferrari, Michael Schumacher y Rubens Barrichello, tomaron la salida desde la primera fila de la parrilla del GP de Hungría. Y así terminaron la carrera: 1º Michael y 2º Barrichello. Este resultado inmejorable ha dado como resultado que Ferrari consiga su 14º título mundial de F1 cuando todavía faltan por disputarse cinco Grandes Premios. En el podio, junto a los dos hombres de rojo, estaba Fernando Alonso, que como es habitual en él, hizo una magnífica salida subiendo desde la quinta hasta la tercera posición, que no dejó hasta que cruzó la meta después de las 70 vueltas que duró la carrera. Fernando no pudo repetir el magnífico resultado que consiguiera en Hungría el año pasado con la victoria, pero subir al podio fue lo mejor que pudo hacer tras la insultante supremacía de los Ferrari. También en los puntos finalizaron Juan Pablo Montoya (Williams-BMW), cuarto, seguido por los BAR-Honda de Jenson Button y Takuma Sato, el Williams BMW de Antonio Pizzonia y el Sauber de Giancarlo Fisichella. Quince pilotos cruzaron la meta y entre los abandonos destacó el de Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) por rotura de su motor, y el del compañero de Fernando en Renault, Jarno Trulli, al que también le falló su propulsor. El fin de semana no pudo ser mejor para los hombres de Ferrari, ya que Michael consiguió en Hungría la pole position (su 62ª), la vuelta rápida en carrera y la victoria, su 82ª en F1 desde su debut en 1991. El alemán sigue imparable tras conseguir en Hungría nuevos récords: el de mayor número de victorias en una temporada (lleva 12 de 13 carreras disputadas) y el de 7 consecutivas (Ascari tenía este récord pero sumando las victorias del final de la temporada de 1952 y la de 1953). El alemán quiere seguir batiendo marcas y pocos ya le quedan por pulverizar, ya que se acerca al de poles position de Senna con 65 (tiene 62) y al de Grandes Premios disputados, que todavía están en manos del italiano Riccardo Patrese con 256. La estrategia del equipo Ferrari fue la misma que la del resto de los equipos: tres paradas en boxes y como les ocurriera en la calificación y los entrenamientos libres, se vieron muy favorecidos por los neumáticos Bridgestone. Supremacía de Bridgestone El mismo Fernando Alonso reconoció la supremacía de las ruedas japonesas. «Era imposible rodar a su ritmo. Creo que va a haber algunas carreras que vamos a estar más cerca, pero el dominio de Bridgestone ha sido exagerado, pero ojalá haya otras carreras con otras temperaturas y condiciones y supongo que los Michelin tendrán más opciones», comentaba el asturiano. El Ferrari es muy superior a cualquier otro monoplaza de la parrilla, bien ayudado por sus ruedas, y lo demostró de nuevo con creces al doblar a los pilotos a partir del sexto clasificado (Sato). Barrichello se dio un pequeño susto en la vuelta de reconocimiento, cuando su Ferrari no quería arrancar, pero finalmente sólo fue una anécdota, ya que pudo arrancar unos segundos después. Gran salida del asturiano En la salida los dos Ferrari siguieron primero y segundo, mientras que Alonso de nuevo fue el protagonista. El asturiano nos tiene acostumbrados a este tipo de espectáculos y en Hungría no quiso que las cosas cambiaran. Desde la quinta posición superó a los dos BAR-Honda de Sato y Button y se colocó tercero. También Montoya hizo lo propio, subiendo del séptimo al cuarto lugar por detrás de Alonso y se situó delante de Button, Trulli, Raikkonen, Sato... Michael empezó a dar vueltas rápidas y fue el único piloto que las marcó. El alemán no llegó a ser superado por nadie en ningún momento, ni siquiera en sus tres paradas en boxes, ya que se encargó de sacar suficiente distancia a sus rivales, y también a su compañero de equipo. Fue una carrera en la que no hubo adelantamientos entre los primeros clasificados, y en la que la única incógnita era si Ferrari conseguía o no su 14º título mundial. Para ello necesitaba terminar la carrera con una ventaja de 9 puntos sobre Renault, y así fue. Fernando estaba luchando desde la tercera posición, pero su compañero Trulli abandonó en la vuelta 42 por la rotura del motor. Alonso sólo marcó 6 puntos y esos no eran suficientes, por lo que Ferrari se llevó su tan preciado trofeo a casa. A pesar del poderío intratable de los Ferrari, Fernando demostró con su Renault que se merece un buen puesto en el mundial de pilotos. Con estos puntos que ha marcado y a pesar del abandono de Trulli, continúa quinto del mundial, aunque a sólo un punto del italiano.