Alonso acabó séptimo pese al habitual control de Ferrari

Los Ferrari del brasileño Rubens Barrichello y del alemán Michael Schumacher fueron los más rápidos en la primera jornada de entrenamientos para el Gran Premio de Brasil, en la que el español Fernando Alonso (Renault) logró el séptimo mejor tiempo. Barrichello cubrió, en su mejor vuelta, los 4.309 metros del ondulado circuito de su ciudad natal en un tiempo de un minuto, once segundos y 166 milésimas, 168 menos que su jefe de filas, en una jornada en la que se refrendó de nuevo el abrumador dominio de los bólidos rojos. El español Alonso se fue contento con el séptimo puesto que marcó en el segundo entrenamiento libre, en el que se mejoraron los tiempos del primeros, con un bólido bastante cargado de combustible con el que aprovechó para probar neumáticos. El español dio doce vueltas y en la más rápida de ellas marcó un crono de un minuto, trece segundos y 990 milésimas. El colombiano Juan Pablo Montoya, que disputará en Sao Paulo su último Gran Premio con la escudería Williams-BMW había sido el mejor en la primera sesión de entrenamientos libres, en la que Alonso fue décimo. Cambios para el 2005 La Federación Internacional del Automóvil (FIA) anunció ayer en el circuito paulista el nuevo reglamento técnico para 2005, en el que destaca que el motor deberá durar dos Grandes Premios y que habrá un solo juego de ruedas para la calificación y la carrera. La FIA anunció que el Consejo Mundial del Automovilismo aprobó una serie de normas, de las cuáles un grupo entrará en vigor el próximo 1 de marzo de 2005 y el resto, el 1 de enero 2006. A partir de la próxima temporada se producirán cambios en el chasis y la aerodinámica, elevando el alerón delantero y adelantando la posición del alerón trasero, reducir la altura del difusor y recortar el fondo del chasis que deberá terminar por delante de las ruedas traseras, con el fin de que se pierda el 20 por ciento de carga aerodinámica, sin apenas perjuicio en el coeficiente de penetración. También se deberá usar un solo juego de ruedas para la calificación y la carrera, con el fin de que el compuesto más duro reduzca la velocidad en el paso por las curvas. El motor deberá durar dos Grandes Premios, con el fin de reducir la potencia por el mayor kilometraje que deberán hacer los propulsores. A partir del 1 de enero de 2006 se introducirá un motor 2,4 litros V8 junto a una serie de restricciones relativas al diseño y los materiales permitidos. Con esta reducción de cilindrada se intenta que los motores tengan una potencia de unos 700 caballos, frente a los mil que podrían alcanzar los actuales.