«Ahora, el sueño ya es una realidad»

Tal vez por su carácter un tanto reservado, porque en Túnez jugó menos de lo que hubiera deseado y por el grandioso mundial de Juanín García, al otro campeón del mundo de Ademar, Raúl Entrerríos, los focos le iluminan con menos intensidad. Lo asume, pero la medalla de oro que cuelga de su cuello lo compensa todo. «Ahora ya veo el campeonato mundial como un sueño hecho realidad, un logro muy difícil y muy importante», señaló. Al echar la vista atrás, no obstante, cambiaría algunas cosas del guión de Túnez 2005. «Me hubiera gustado jugar más minutos, como a todo el mundo». Y aunque como jugador joven -23 años- reconoce que al mundial fue también a aprender cree que eso se hace en la pista. «Como mejor se aprende es jugando, pero cuando sales de la convocatoria y el equipo gana, funciona y juega bien ya es muy difícil volver a entrar porque el entrenador quiere dar continuidad al éxito». Entrerríos achaca el exitoso mundial de la selección a que el grupo funcionó como un equipo. «Tanto dentro como fuera de la pista», subrayó. «Todo el mundo participaba y contribuía para ser fieles a ese espíritu de equipo». En ese gran equipo que se proclamó campeón coincidió con su hermano Alberto, con el que se fundió en un abrazo que les salió del alma cuando acabó el partido frente a Croacia. «En ese momento no nos dijimos nada, sobraban las palabras». Compartir equipo con su hermano es algo que le gustaría, nunca lo ha ocultado. «Siempre he dido que me haría mucha ilusión jugar unos años vistiendo los dos la misma camiseta?». ¿En el Ademar?. «Alberto está muy bien en Ciudad Real, pero si alguna vez saliese de allí le gustaría volver a León».