La Cultural desaprovecha la ocasión de reducir distancia (1-1)

La Cultural volvió a tener parte de la suerte de su lado y es que los leoneses, en un partido en el que no merecieron conseguir un punto, vieron como en el minuto 75 el defensa del Mirandés Toñín, en una acción sin peligro alguno e intentando despejar a corner, se le escapó la bola y metió la pelota en su propia portería y daba un punto a los hombres que entrena Vicente González Villamil. Y es que el Mirandés tuvo la mala fortuna en el desenlace final del encuentro ya que la Cultural no realizó ni un solo disparo en los noventa minutos del partido. La primera parte fue de total dominio del Mirandés y salió completamente decidido a por los tres puntos ante una Cultural que empezó con su habitual tónica de este año, contemporizando con el esférico, haciendo faltas tácticas en el medio del campo y aprovechando la oportunidad para salir al contragolpe y sentenciar. De todas maneras, la primera gran ocasión del partido fue de los visitantes ya que en el minuto 20, Pepín chuta cruzado y la pelota se va rozando la cepa del poste de la portería defendida por Triviño. Pese a todo, la respuesta del Mirandés llegaría dos minutos después cuando Blanco se escapa por la banda izquierda y centra al primer palo que recoge Solaun pero remata sin fuerza y detiene sin problemas el portero visitante Imanol Etxeberría. Así fueron pasando los minutos hasta que en el 33 llegaba el primer gol del partido. Saque de esquina a favor del Mirandés que Solaun peina hacia tras y Diego Gómez que llegaba desde atrás empujó el balón hasta el fondo de las mallas. Se le empezaban a poner difíciles las cosas a la Cultural que necesitaba reaccionar si no quería tener un nuevo desplazamiento con derrota. Cuatro minutos después, llegaba una de las jugadas polémicas del partido. Corría el minuto 37 cuando Iker pierde un balón en la medular, Abel se va a la banda y centra y Paulino que estaba desmarcado va a rematar pero Rodri lo evita y el delantero visitante se cae y toda el equipo leonés pidió un penalti que Miragaya López no señaló. Antes del final de la primera parte, el Mirandés tuvo una ocasión de oro para haber sentenciado el encuentro cuando en una jugada de contragolpe por la banda derecha, Javicho abrió desde el centro para que Diego Gómez que se internaba diera un pase de la muerte a Tino que solo ante Etxeberría no fue capaz de marcar. De esta ocasión lo único que consiguió el equipo burgalés fue la lesión de Tino que a causa de la carrera tuvo que ser retirado del terreno juego. Con la victoria mínima del Mirandés acababan los primeros 45 minutos. En la segunda parte, la Cultural da un cambio radical en sus sistema de juego debido, entre otras cosas, a la salida de Cascón al terreno de juego, ya que el equipo ganó en poder ofensivo. Tras el descanso, los hombres de González Villamil tuvieron mucho más la iniciativa en el campo aunque se mantenía incapaz de tirar entre los tres palos. De todas maneras y a pesar del dominio que ejercía la Cultural, el equipo que realmente creaba peligro era el Mirandés que podría haber sentenciado en cualquiera de las jugadas que creó a partir del 1-0. Un prueba más la tuvo en la segunda parte cuando Javicho se revolvió dentro del área ganando la posición a sus marcadores pero el balón se desvió y se fue por la línea de fondo. La Cultural tuvo que reaccionar rápido sino quería verse con un 2-0, algo ya muy difícil de remontar. Y parece que la suerte les sonrió porque en el minuto 75, y cuando ya la Cultural había dado por perdida la pelota, el defensa rojillo Toñín intenta despejar un balón a corner pero con la mala fortuna de marcar en su propia portería y establecer el empate a uno, que no reflejaba ni mucho menos lo que estaba pasando en el terreno de juego del Anduva hasta ese momento. A partir del gol del empate a uno, el auténtico protagonista del encuentro fue el árbitro que encolerizó a toda la grada. Primero se le reprochó su excesiva permisividad de las faltas de los leoneses. Pero lo que realmente levantó las iras de la afición de Anduva fue el presunto penalti que hubo cuando Paulino detuvo con la mano un balón dentro del área. El árbitro, bien situado, no pitó nada quizás por temor a las compensaciones.