Diario de León

El difícil relevo generacional

Ningún español de renombre asistió a Cádiz y los jóvenes no demostraron su supuesta calidad

José Manuel Lara, tras un inicio esperanzador, acabó hundiéndose

José Manuel Lara, tras un inicio esperanzador, acabó hundiéndose

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Ricardo Molinelli - san roque
León

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El Abierto de España, que se ha disputado en el gaditano campo de San Roque, ha demostrado que el relevo generacional del golf español todavía no ha encontrado a sus abanderados y que los jóvenes han perdido una gran oportunidad de darse a conocer. Encorsetado entre el Masters de Augusta y un torneo en China de mayor dotación económica, el Abierto de España se quedó de antemano huérfano de figuras de renombre y de los mejores jugadores españoles del momento, Sergio García, José María Olazábal o Miguel Angel Jiménez. Las opciones de victoria se abrían casi para todos, pero al final pocos aprovecharon su oportunidad. Miguel Angel Martín (43 años) tiró de su mayor experiencia para auparse hasta la séptima plaza y José Manuel Lara (27 años) naufragó ante la presión en la última jornada, después de partir desde la tercera plaza, y quedó duodécimo. El resto de la armada española estuvo irregular y la mayoría ni siquiera cumplió con las expectativas. Fue el caso de Alvaro Quirós, Alvaro Salto, Gonzalo Fernández-Castaño, Carlos Rodiles, Ivo Giner, Tomás Jesús Muñoz, Pedro Linhart, Ignacio Garrido, Jesús María Arruti, Gabriel Cañizares, Carlos Balmaseda o Carlos García, que no pudieron pasar el corte y abandonaron el torneo antes de tiempo. Santiago Luna y José Rivero, aprovechando su veteranía, figuraron en los primeros lugares y pudieron servir de puente para los jóvenes, pero cuando fallaron no encontraron a nadie que les hiciera el relevo. Quizá la responsabilidad de hacerlo bien en casa pesó demasiado, y tampoco el viento, que barrió las calles de los hoyos durante toda la competición, ayudó demasiado, pero para ascender dentro del escalafón profesional hay que jugar en cualquier circunstancia y bajo cualquier climatología. Carlos del Corral, Carl Suneson, Diego Borrego, José Manuel Carriles, Alfredo García, Fernando Roca, José Rivero, Raúl Ballesteros y Santiago Luna, por unas cosas o por otras, se perdieron en la clasificación, sin poder hacer nada relevante. Los suecos Peter Hanson y Peter Gustafsson sí entendieron cuál era la situación y jugaron sus bazas. El españolizado Gustafsson, que lleva viviendo en Marbella siete años, demostró que tiene fallos de juventud y que la irregularidad es una fiel compañera, de momento. Pero también demostró el segundo clasificado que a ganas no le iba a ganar nadie. En la última jornada salió con cinco golpes de desventaja, pero su valentía le hizo remontar posiciones y hacer el mejor recorrido del torneo, 66 golpes y 6 bajo par, para obligar a su homónimo compatriota, y a la postre campeón Peter Hanson, a jugar un desempate. Hanson, con este primer gran triunfo en su carrera, se coloca octavo en la orden de mérito europea. Los españoles, por el contrario, en cuanto asomaban la cabeza por las posiciones delanteras se despeñaban en la clasificación, afectados, quizás, por el «miedo a ganar»

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