El portero Gonzalo acabó con las esperanzas de la Hullera (2-0)

Cuando no se hacen los deberes y se deja todo para el final, no suelen salirl bien las cosas. La Hullera se presentó en Benavente con su centro del campo excesivamente adormecido y eso hizo que los delanteros no recibieran balones de consideración y los que recibían, pocos, los atajaba o despejaba un acertadísimo Gonzalo. Los locales sorprendieron al Hullera en el inicio del encuentro. Y es que en sólo 6 minutos el resultado ya era de 2-0 y dejaba las cosas muy cuesta arriba para el conjunto leonés. El primer tanto llegaría a los 5 minutos, cuando una jugada por banda derecha del ataque del Benavente llegaría a los pies de Jonny que, tras centrar al área, vería como Carlos Martín se encargaría de rematar el balón al fondo de las mallas. Y, sin tiempo para asumir el mal trago, los hulleristas se encontrarían que, tras perder el balón en el centro del campo, la pelota llegaría a los dominios de Pablo Carbajal en la banda izquierda y el centro de éste encontró un nuevo rematador, Alija, que le dio el mismo rendimiento que un minuto antes Carlos Martín. Dos tantos de desventaja y todo el partido por delante. Está claro que si se tienen que recibir goles mejor al principio porque es cuando más tiempo tienes para poder recuperar, pero en este caso, los dos tantos seguidos apagaron las luces en la Hullera que se limitó a jugar el resto de la primera parte a remolque. Ya en la segunda parte, Belarmino López, técnico del Hullera, arriesgó dejando tres hombres en la parte de atrás. La idea era buscar la presión y acortar el adverso marcador. Lamentablemente, esta solución sólo hizo que empeoraran las cosas como consecuencia de los atascos en el área del Benavente. Los intentos de Chuca y Barreiro de conseguir perforar la meta contraria eran abortados por el equipo local, que superaba en juego y en el marcador al siempre temido Hullera, aunque ya no hubo más goles.