Diario de León

El lucio se pone esquivo ahora queentra en el ciclo de lareproducción Las nevadas alivian la angustiosa situación del caudal de los ríos

A mediados de marzo, con las hembras necesitadas de alimento, cobrará su mayor actividad

Las últimas nevadas han sido providenciales; en la imagen, Valdeón

Las últimas nevadas han sido providenciales; en la imagen, Valdeón

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Pedro Vizcay - león p. v. | león
León

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Los aficionados que practican la pesca del lucio, cada vez más nmerosos, saben que la época de finales de febrero no suele resultar la más positiva para la pesca del lucio, especialmente en lo que se refiere a las grandes capturas. Esta especie presenta un acusado dimorfismo sexual de forma que los machos alcanzan un tamaño mucho menor que las hembras por lo que, las mayores capturas, suelen ser hembras. Desde finales de febrero el proceso de maduración de las huevas ha alcanzado su punto óptimo, por lo que se inician los movimientos hacia las zonas de freza, lugares con aguas remansadas, de una cierta profundidad, y provistos de vegetación subacuática a la que fijarán su puesta formada por enormes racimos de pequeñas huevas de color salmón. Cada hembra suele ir acompañada de un cortejo de machos, alguno de los cuales acabará irremediablemente siendo devorado tras la fecundación, pues esta especie practica el canibalismo. Durante el proceso de freza, que dura entre dos y tres semanas, las hembras apenas se alimentan, por lo que resulta muy difícil conseguir que piquen. Los machos, sin embargo, sí que se muestran activos, no tanto por la necesidad de alimentarse como por la agresividad natural en época de celo. Concluida su fase reproductiva las hembras, que han perdido hasta un tercio de su peso, necesitan alimentarse para recuperar su vitalidad. Éste será sin duda el mejor momento para capturar los grandes lucios. Ocurre, sin embargo, que a principios de abril se abre la pesca de la trucha y que una buena parte de aficionados prefieren dedicar su esfuerzo a la captura del preciado salmónido. En todo caso conviene recordar que el comienzo de la temporada truchera no es, necesariamente, la mejor época para obtener capturas y sí lo es para el lucio. La especialización que muchos aficionados han conseguido para la pesca del lucio es notable. Cañas, señuelos y técnicas han evolucionado hasta el punto de que puede afirmarse con rotundidad que en León hay muy buenos pescadores. En esta temporada, sin embargo, parece que la abundancia es notablemente menor que en anteriores campañas. Las poblaciones de lucio sufren ciclos muy acusados y dependen, en buena medida, de la cantidad de peces disponibles de otras especies, ya que si no abundan recurren al canibalismo. La presencia masiva de cormoranes en los cursos bajos del Esla y del Órbigo, han supuesto sin duda una dura competencia para él, pues compiten por las mismas presas y, en ocasiones, los cormoranes capturan también lucios de tamaño mediano. Pero que no se alarmen los aficionados porque, y por desgracia, no existe peligro de extinción. La cantidad de huevas que es capaz de poner, casi cuarenta mil por kilo de peso, y la prematura maduración de las hembras, ya son fértiles a partir del tercer año de vida y trescientos gramos de peso, aseguran su pervivencia. Y por si esto no fuese suficiente una última observación a título de anécdota: se han encontrado ejemplares hermafroditas, es decir, que pueden ser a la vez machos y hembras. Una última observación, el hecho de que aparezcan lucios en charcas aisladas no significa necesariamente que alguien haya efectuado una repoblación ilegal. La hueva pegajosa de los lucios puede ser transportada de forma i nvoluntaria por las aves acuáticas y madurar en condiciones favorables. La abundante cantidad de nieve caída en los últimos días, especialmente en las zonas de montaña, ha supuesto un considerable respiro para las cuencas fluviales que se encontraban bajo mínimos. Algunos cursos de montaña, como el Duerna o el Eria atravesaban una preocupante situación con unos caudales similares a los de pleno verano. Los ríos regulados, por otra parte, apenas si discurrían con su caudal mínimo ecológico ya que los pantanos estaban reteniendo toda el agua posible. La situación mas preocupante en las grandes presas era la de Barrios de Luna que estaba recibiendo menos caudal que el desembalsado. Ahora, con la nieve caída (En Sena de Luna superaba el metro de espesor) y la que podría caer según las previsiones meteorológicas, las reservas se incrementarán notablemente aunque siempre por debajo del ni vel que tenían el pasado año por estas mismas fechas. Todos los ríos sin excepción han incrementado notablemente su caudal que, sin llegar a cotas exagerado, resulta normal para estas fechas de finales de febrero. De cara a la temporada de pesca la nieve tiene su lado positivo a medio y largo plazo, pero también tiene otra cara negativa a corto plazo. Al irse derritiendo de forma paulatina alimenta todos los cursos fluviales y recarga los acuíferos, lo que representa una despensa muy valiosa. El hecho de que las últimas nevadas hayan caído sobre la nieve helada, ya existente, asegura que una elevada proporción permanecerá en los neveros hasta bien entrado el mes de junio. Todo este proceso natural podría verse trastocado si la situación climatológica cambiase en el sentido de una entrada de frentes cálidos con abundantes lluvias. «En abril aguas mil», refleja el dicho popular. En este caso se producirían fuertes riadas con los deshielos que afectarían de forma especial a los ríos no regulados, ya que en el resto el bajo nivel de los embalses permitiría retener el agua sin ningún problema. La apertura de la temporada de pesca, que se producirá el dos de abril, se presenta incierta. Cualquier pescador medianamente informado sabe que los deshielos reducen de forma muy notable la actividad de la trucha, de forma que se mantiene pegada a los fondos y muy reacia a «picar». En los embalses, sin embargo, la situación es justamente la contraria. El agua más fría se encuentra en las zonas profundas y la más caliente en la superficie, de forma que las «pintonas» pueden pescarse de orilla. Si además el vaso está embalsando, es decir, creciendo, las grandes truchas buscarán su alimento en las zonas que van anegándose. Aunque todavía restan cinco semanas para que se abra la temporada en León y no se puede todavía hacer un pronóstico fiable, esto es lo que sucederá con tod a probabilidad.

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