Holanda cita a la albiceleste para jugarse la primera plaza del grupo

Holanda se plantó en octavos, envió a casa a Costa de Marfil tras derrotarle por 2-1 y citó a Argentina, el próximo día 21 en Fráncfort, para disputarse la supremacía del grupo C, el bautizado como «el de la muerte». Fue un partido muy equilibrado en el que los europeos vieron peligrar su victoria en el segundo tiempo. Los holandeses se adelantaron en los primeros 27 minutos con goles de Van Persie, el mejor de su equipo, y de Van Nistelrooy. Los africanos replicaron antes del descanso con un tanto de Bakary Koné y plantaron cara con un fútbol muy físico. Salvo en los primeros minutos, en los que los holandeses salieron dispuestos a resolver por la vía rápida, los elefantes marfileños impusieron el músculo y asfixiaron a los europeos atacando en oleadas. Aprovecharon bien los africanos la debilidad por la banda derecha de Giovanni van Bronckhorst quien, como sus compañeros, tuvo muchos problemas para frenar la ofensiva de los marfileños. Con un juego de toque, como le gusta a Van Basten, Holanda se sintió poco a poco dominadora y sabía que en cuanto apareciera una de sus estrellas, el partido tomaría otro rumbo. Y así fue, si contra Serbia lució Robben, hoy se vio especialmente motivado a Robin van Persie. El extremo zurdo del Chelsea, que había criticado el individualismo de Robben tras el primer partido, estuvo a gran nivel. Una jugada suya fue abortada por Kolo Touré en falta junto a la media luna del área. Van Persie se encargó de marcar el 1-0 con un preciso lanzamiento directo. En el primer disparo a puerta (min 23), Holanda estrenó su casillero y, en el segundo, los oranje lo volvieron a conseguir. Robben inició una jugada por la izquierda, se fue hacia el centro, superó a un par de rivales, esperó que Van Nistelrooy saliera del fuera de juego y después le dio una perfecta asistencia. El delantero del Manchester United no perdonó (2-0, min 27). Parecía que Holanda ya había hecho todo el trabajo, el problema radicaba en el imprevisible juego de los africanos. ¿Se vendrían abajo? Cuando Zokora lanzó un gran disparo a la cruceta en el minuto 33, se vio claramente que los elefantes tenían la moral intacta. La confirmación llegó poco después. Bakary Koné, un escurridizo centrocampista que juega en el Niza francés, se coló entre Cocu, Mathijsen y Gio para batir de un tiro cruzado a Van der Sar (2-1, min 38). Eliminados del Mundial, Costa de Marfil salió con renovadas energías y puso cerco a la meta de Van der Sar, aunque sin éxito. Cuando Van Basten sacó del campo a Van Nistelrooy por un centrocampista, Landzaat, todo el mundo sabía que los holandeses se sentían acorralados y sólo les quedaba que defenderse. Y eso hicieron hasta el final.