Diario de León

LA DESPEDIDA

Una buena final del Mundial

Publicado por
NEMESIO RODRÍGUEZ
León

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ESTO ES la final de un Mundial y aquí no caben subterfugios ni disculpas: hay que luchar, sudar y sufrir. Se juega por la selección y por uno mismo, por el país y por su gente, por brillar en la exclusiva pasarela futbolística con la mente puesta en un contrato mejor con tu equipo o en un traspaso a un club de mayor prestigio. Se sufre porque puede ser tu último partido, el doloroso adiós al deporte que te ha exigido grandes sacrificios y del que ahora debes jubilarte a una edad en la que en otras profesiones se rinde a tope. También se lucha por la familia, por los amigos y por todos aquellos que un día te animaron a seguir cuando había algunos que te decían «búscate otro deporte, chaval, no sirves para esto del fútbol». Hace tres años, Franck Ribery, de 23 años, jugaba en Tercera y hoy, en las vísperas de la final contra Italia del domingo, nadie duda de que es una de las grandes revelaciones del torneo. El rápido delantero del Marsella es un tremendo luchador y esta listo para el duelo con los rocosos defensas italianos, los mejores del mundo, decidido a no seguir los consejos de Zinedine Zidane cuando en el partido contra Brasil le decía que bajara el ritmo. «Yo juego siempre así, al cien por cien en cualquier momento y con cualquier resultado», dijo Ribery. Zidane, de 34 años, enfocará el partido de otra forma. Es su segunda final, después de la que ganó en 1998, y es su despedida del fútbol, pese a que crecen las presiones para que siga. Sus compañeros confían ciegamente en él para ganar a Italia. «El dará el toque final», afirma Eric Abidal. Luchar, sudar, sufrir...Los italianos conocen bien estos verbos, pertenecen al espíritu «agonístico», como dicen, que les ha dado tantos títulos y que alude a competir hasta el agotamiento. «Contra Francia tendremos que sudar, luchar, sufrir siempre, pero sin duda ganaremos», afirma Fabio Cannavaro, de 32 años, el bastión de la defensa «azzurra», el «pequeño» (175 centímetros) central con muelles en las piernas. Cannavaro representa mejor que nadie el indomable espíritu competitivo italiano, es el que cuando se dudaba del juego de la selección dijo aquello de que «tendremos que ser más italianos». «Vamos a morir juntoS», proclama Zidane, y su frase suena como aquella que pronunció Obdulio Varela en el túnel de vestuarios a sus compañeros uruguayos. «Cumplidos sólo si ganamos». Y ganaron por 2-1 a Brasil en el estadio de Maracaná.

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