Diario de León

Barral ejerce como bestia negra y sentencia a la Deportiva en Gijón Los asturianos sabían bien dónde tenían que golpear

Los bercianos aguardaron a reaccionar en el segundo tiempo pero no acertaron a empatar

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Ramón Díez - enviado especial | gijón
León

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La Sociedad Deportiva Ponferradina no pudo sumar sus primeros puntos a domicilio por culpa de un nuevo error defensivo que aprovechó su particular bestia negra, David Barral. Los locales salieron dispuestos a controlar el encuentro desde el primer minuto, conscientes de la importancia que tendría adelantarse pronto en el marcador, ya que todo lo que fuera dejar pasar los minutos con el empate inicial sería beneficiar los intereses del rival. Por eso el cuadro de Preciado tomó las riendas del choque buscando la llegada directa hacia el portal de Manolo Rubio, sin que la Deportiva acertara a responder en esta fase inicial. Cuando sólo se habían cumplido cinco minutos el capitán local Sastre ya probó a Rubio pero lo hizo con un disparo raso que no ofreció mayores complicaciones al guardameta de la Deportiva. El choque marchaba en una fase de mayor igualdad cuando se produce una falta lateral contra los bercianos que bota Gerardo desde la derecha. Cuelga el balón al interior del área donde el gaditano David Barral aprovecha la indolencia defensiva para rematar de cabeza sin oposición a la red de Rubio. Fue un fallo de marcaje difícil de justificar, similar a los errores cometidos en Albacete y que ponía el partido cuesta arriba, aunque con muchos minutos por delante para reaccionar. Pudo haber devuelto la igualdad al marcador Rubén Vega en el minuto 23 después de pillar descolocada a la zaga local, lo que le permitió marcharse en solitario ante Roberto pero en vez de aprovechar su privilegiada situación que contaba además con la ayuda de Diego Ribera para hacer un dos contra uno ante el meta local, prefirió chutar por arriba, mandando el balón también por encima del marco local para alivio de la grada que poco después estallaba tras anunciarse por el videomarcador el tanto del Zamora contra el Oviedo. Motivos tuvo para protestar a renglón seguido por un tanto anulado al local Gerardo por presunto fuera de juego decretado por el asistente de Sáez García. No lo debía ver claro Pichi Lucas porque mandaba calentar a Vicente Úriz mediado el primer acto. El Sporting mientras tanto seguía a lo suyo que era buscar ahora el segundo tanto para mayor tranquilidad, si bien los naranjas apenas inquietaban, con la única excepción de aquella jugada de Rubén Vega que desperdició. Barral estaba ganándole la batalla a Kevin Debris, pero donde radicaban verdaderamente los problemas del equipo era en el centro del campo. Allí Michel y Andreu podían casi siempre con Asier y Dani Borreguero, con lo que la defensa debía preocuparse de los delanteros y de aquellos otros futbolistas que se incorporaban desde la línea de centrocampistas. Para eliminar tensión, Sáez García tuvo que parar el juego varios minutos para tapar un agujero que había aparecido en el interior del área del Sporting. Luego se reanudaría el partido para entrar en una fase en la que no se registraron ocasiones de peligro hasta que Diego Castro hizo diabluras por su banda izquierda desde donde sirvió un balón que parecía perdido para que Gerardo cabeceara lo que parecía iba camino de ser el segundo de los locales pero entonces apareció la mano salvadora de Rubio para evitar un gol que sonaba a sentencia, tal y como estaban las cosas. Poco después otro disparo de Omar tuvo que ser replicado por Rubio para mandar a córner. El Sporting buscaba la sentencia antes del descanso en los minutos en los que más estaba sufriendo la Ponferradina. El descanso fue un alivio En esa situación, con el equipo berciano desorientado, la señalización del tiempo de descanso por parte del árbitro, después de prolongar cuatro minutos por aquel parón que provocó el agujero en el área local, sonó a música celestial para los visitantes. Pichi Lucas había tenido muchos minutos calentando a Vicente Úriz pero no se había atrevido a dar el paso de la sustitución esperando al descanso quizá para tener más elementos de juicio. Al inicio del segundo tiempo ya se quedó Asier en vestuarios y el navarro tuvo entrada por fin. La Deportiva salió con ganas buscando la igualada en los primeros compases de la reanudación pero el primer susto, que sólo quedó en eso, lo dio Barral cuando puso un buen balón desde la izquierda al que no llegó Omar en boca de gol por centímetros. Reacciona el público berciano Dándose cuenta de que los jugadores de Pichi estaban dejándolo todo en el campo en busca del empate, los aficionados ponferradinos que en número cercano al medio millar se dieron cita en el Molinón empezaron a dejarse oir después de una primera parte en la que cobraron escaso protagonismo. La Deportiva estaba poniendo al Sporting en apuros cuando una buena combinación entre Raponi y Fuentes por la izquierda terminó con centro de éste que Fran empalmó tal como venía y obligó a Roberto a emplearse a fondo por vez primera en toda la tarde. Entonces Pichi volvió a mover ficha. Diego Ribera, que había estado bastante apagado, dejó su puesto para que ingresara el uruguayo Risso en el terreno de juego. Había que ir a por el partido y cualquier ayuda en ataque venía bien. Con el paso de los minutos se fue diluyendo la presión de los naranjas y el Sporting niveló el dominio territorial, apoyado en la entrada en juego del colombiano Congo que fue recibida con una gran ovación. También Pichi quemó todo el arsenal y dio entrada a Pereira en el puesto de Raponi que no tuvo su mejor tarde. El partido entraba en su fase culminante con los locales tratando de matar al rival con un segundo tanto y los de Pichi a la desesperada en busca de un punto que se les escapaba por momentos. Rubén Vega tensó la cuerda para progresar por la banda pero no encontraba el camino hacia la meta de Roberto. Con el equipo arriba el Sporting buscó una contra que terminó con el balón en la red pero el árbitro anuló el tanto por fuera de juego. En suma, un tiempo para cada equipo pero con la diferencia de que los locales acertaron con la red de Rubio.

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