Diario de León

Una Cultural rota salva un punto ante el Barakaldo (1-1)

Las lesiones asolan a la plantilla leonesa y Gómez hace números para acudir a Sestao Entrenadores: Gómez (La Cultural) | Íñigo

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La Cultural acometió el encuentro frente al Barakaldo con la intensidad propia de un equipo necesitado. Al final dio por bueno el empate a un gol ante el cúmulo de lesionados y la expulsión de Revetria a falta de más de un cuarto de hora para la conclusión del partido. Las cinco derrotas consecutivas del equipo leonés hicieron que Antonio Gómez variase el once concebido durante el partidillo del jueves, con algunas variantes en la defensa y en el centro del campo. Situó como pareja de mediocentros a Aller y a Alberdi, dejó en el banquillo a Fernando López y no le quedó más remedio que emplear a Oriol Riera como interior derecho tras la baja de última hora de Lalo por unas molestias en el costado. Álex Goikoetxea tampoco pudo intervenir en el choque al no recuperarse de la contractura muscular. Su sustituto, Quinín, sufrió un esguince de tobillo en la primera parte y, aún con su merma física, resistió hasta el final del encuentro. Alberto Negral también se vio obligado a quedarse en el vestuario en el intermedio a causa de una contractura en el muslo derecho. Para más inri , Lalo, que saltó al campo para dar más profundidad a la banda derecha pese a sus dolores en la espalda, se retiró del campo a la media hora al no poder rendir a causa de sus dolencias. Su sustituto, Revetria, fue expulsado por el árbitro tres minutos después de entrar en el campo. Más desgracias, imposible. La Cultural comenzó con sus líneas bien asentadas sobre el césped. Antonio Gómez, centrado en su tarea, se comió la cabeza hasta encontrar el mejor once. La garra y la voluntad de los culturalistas sobre tropezaron con la impotencia de no poder hacer más de lo que hicieron. Un arranque impetuoso del cuadro local propició que el canterano Pesco se diera la enhorabuena por retornar al once titular quince jornadas después, al marcar un gol que cualquier estrella firmaría. El tanto culturalista hizo estallar de júbilo al banquillo leonés, a la grada, al palco y a los recogepelotas del Amilivia que lidera el buenazo de Eduardo. Los goles unen. Actúan de lengua universal, por encima del empeño destructivo, al que el aficionado culturalista se niega por sistema. Ni el empate del Barakaldo hizo de gota que colma el vaso para ir en contra del equipo. Todo lo contrario. La afición leonesa es sabia. León es una ciudad pequeña y todo el mundo sabe de sobra cómo respira el vecino. Y por mucho que manipule el incordión de turno, la grada conoce al del primero y al del quinto... y también las virtudes y defectos de esta Cultural.

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