Diario de León

Fórmula 1 | La gran batalla de Brasil

La experiencia corre conAlonso La misma batalla 20 años después

El error de McLaren provoca que Hamilton aparezca como un débil rival para el piloto español y para Raikkonen, que tendrá en Brasil la ayuda de Massa. La carrera será para pilotos expertos

Alonso y su mujer Raquel del Rosario abandonan el circuito de Shangai

Alonso y su mujer Raquel del Rosario abandonan el circuito de Shangai

Publicado por
José María Rubio - shangai
León

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«¡Gracias, Hamilton!». Así resumió el comentarista de automovilismo Lemyr Martins la expectativa generada entre los brasileños por el error del piloto inglé s de McLaren-Mercedes en Shanghai, error que trasladó al GP de Brasil la definición del título del campeonato mundial de Fórmula 1 de 2007. La prueba del 21 de octubre en el circuito de Interlagos no será solamente una carrera burocrática para cumplir el calendario, sino una disputa decisiva, en la que tres pilotos (Hamilton, Alonso y Raikkonen) tienen reales posibilidades de alzarse con el título. No será fácil para Alonso, pero tampoco imposible. No es la primera vez que el piloto español llega a la última carrera de la temporada con posibilidades de triunfo en el Mundial. Ya lo hizo el año pasado y batió a Michael Schumacher en Interlagos (con un poco de fortuna y con la ayuda de Giancarlo Fisichella) cuando pinchó la rueda del alemán mientras le adelantaba al rozarse con el alerón delantero del Renault. Con suerte o s in ella, Alonso se proclamó campeón en Brasil. En el 2005, el español también ganó el tí tulo mundial en el país sudamericano, aunque aún quedaban más carreras por disputarse. La experiencia de Alonso en estas lides también la tiene Kimi Raikkonen, que llegó a Japón en el 2003, última prueba del Mundial, con opciones al título aunque fue batido por Michael Schumacher gracias a la ayuda de Rubens Barrichello. El alemán realizó una de sus peores pruebas, pero la victoria del brasileño, compañero de equipo, permitió a Schumacher salir triunfador tras una mediocre carrera. Lewis Hamilton llega a su primera final después de desperdiciar una oportunidad de oro, en un fallo compartido con el equipo. Ni uno ni los otros supieron ver los problemas que tenía de neumáticos, derivados de una mala gestión de la carrera en las vueltas cruciales. El piloto británico debía haber mimado las ruedas y no castigarlas en una lucha con Raikkonen, que era muy superior en ese momento, o con Jarno Trulli, a quien no le iba nada en el envite. Fue el primer fallo grave esta temporada de Hamilton y le llegó en el peor momento. Supuso un golpe moral muy importante, en especial frente a sus rivales que, aunque sea complicado, saben que aún es posible el triunfo del español. Tener el champán en la nevera y el título en el bolsillo durante más de media carrera para al final perder el primer asalto puede pesar como una losa en Brasil. El de Interlagos además es un circuito donde el oficio es muy importante. Se corre en sentido contrario a las agujas del reloj, es una pista muy bacheada, llena de trampas, sobre todo si llueve. Entonces sí que es una lotería. Lo sabe bien Fisichella, que ganó con el Jordan una carrera en la que Raikkonen recogió el trofeo de vencedor y en la que Alonso en lugar de en el podio estaba en el hospital. El efecto Massa Alonso no ha ganado nunca en Brasil, donde Felipe Massa se impuso el año pasado. El brasileño, que ya no opta al Mundial, será un enemigo complicado para los hombres de McLaren. «Adelantar a Massa es sinónimo de tocarse con él», ha dicho Alonso en más de una ocasión. En su terreno, Massa no va a dudar, mientras que los de McLaren tienen que llegar obligatoriamente a la meta. Además, Massa podría hacer labor de equipo perfectamente e incluso abandonar en la última vuelta, o hacer una parada extra si es necesario para que Raikkonen se lleve el título. En Ferrari concentrarán todas las fuerzas en Raikkonen mientras que en McLaren cada uno hace la guerra por su cuenta. A Hamilton le basta con terminar cerca de sus rivales, pero cuando se juega a empatar se suele perder, y después del fiasco del domingo en China el inglés puede ser un rival muy débil para sus dos rivales, más expertos. Alonso juega con la baza de que ya ha ganado el título en dos ocasiones, aunque Raikkonen no es de los pilotos a los que le afecte la presión, especialmente porque para él esto de las carreras es como un juego entre amigos, y no parece dar demasiada importancia a los triunfos o a las derrotas. El día 21 se lo van a jugar todo a una carta y Alonso tiene muchas posibilidades de salir triunfador. Más que Hamilton y que Raikkonen por los puntos que le lleva. El más listo será campeón en Brasil, y Alonso podría redondear una temporada muy dura en todos los aspectos. H amilton, Alonso y Raikkonen reeditarán en Sao Paulo una batalla final a tres bandas que no se recordaba desde hace más de dos décadas, cuando Alain Prost, Nigel Mansell y Nelson Piquet se disputaron el título en Adelaida (Australia). Se impuso el francés porque el británico vio cómo le reventó un neumático cuando dominaba la prueba, a 19 vueltas del final. Aquella guerra a tres de 1986 fue la última pero no la única, ya que hasta en ocho oportunidades el Mundial se decidió en la última carrera con tres aspirantes el trono. Y los antecedentes benefician al asturiano, ya que cuatro veces se coronó el piloto que llegaba segundo a la cita final, tres el que lideraba el Mundial y tan sólo una, en 1950, ganó el ocupaba el ter cer escalón del podio, el italiano Giusseppe Farina.

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