Diario de León

Fútbol | Primera División

El Espanyol sonroja a un líder mediocre

El lacianiego Valdo fue un peligro constante y dio el pase a Tamudo en el segundo tanto

El lacianiego Valdo y Riera celebran la consecución del primer gol

El lacianiego Valdo y Riera celebran la consecución del primer gol

Publicado por
Ginés Muñoz - barcelona
León

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Tenía que pasar algún día y fue el Espanyol, uno de los equipos más en forma de esta Liga, el que acabara con la condición de invicto (2-1) de un Real Madrid mediocre que, hasta hoy, no ha refrendado con su fútbol los números que le acreditan como líder de la competición. El conjunto blanquiazul, intenso, constante y muy concentrado, planteó un partido a un ritmo endiablado y el blanco tuvo que remar a contracorriente -por el temprano gol local y por el gélido viento de Montjuïc que le soplaba de frente en la primera mitad- desde el primer minuto de juego. En la primera jugada del partido, Valdo forzó un saque de esquina, Luis García lo botó desde la izquierda y Riera, libre de marca, conectó al fondo de la red un cabezazo inapelable para poner el 1-0 en el marcador. Sin embargo, el gol no cambió el guión de los de Ernesto Valverde, un equipo en estado de gracia y sobrado de confianza tras liquidar al Sevilla, el Deportivo y el Valencia en sus tres últimos compromisos ligueros. El Espanyol no se echó ni mucho menos atrás. Con las líneas muy juntas, ahogó el centro del campo del rival, y el Real Madrid no empezó a reaccionar hasta que Tamudo y Luis García volvieron a avisar a Casillas de que la cosa iba en serio. Sin embargo, los de Bernd Schuster no encontraron la fórmula para acercarse con verdadero peligro a la portería defendida por Kameni en toda la primera mitad. Higuain y Sneijder no entraban por las bandas, Guti no podía deshacerse del pegajoso marcaje de Moisés y Smiljanic y sólo la movilidad de Raúl y Van Nistelrooy generaba cierta inquietud en la zaga blanquiazul. En la otra mitad del campo, Marcelo sufría en exceso para defender su banda de las internadas de Valdo, y Cannavaro y Metzelder debían estar pendientes en todo momento de Tamudo y Luís García. El Real Madrid salió igual de frío tras la reanudación y acabó de congelarse cuando, a los ocho minutos de la segunda parte, Tamudo recogió en la frontal una balón servido por Valdo, levantó la cabeza, vio adelantado a Casillas y ejecutó una sutil vaselina para finiquitar la clara superioridad blanquiazul (2-0). Con el golazo de Tamudo acabó el partido para los blancos y empezó la fiesta para el Espanyol, que empezó de verdad a gustarse. El gol de Ramos en los minutos finales sólo maquilló un poco la derrota de los blancos.

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