Lo que nos espera
El corro | marro
R etornamos a lo pragmático, tras nuestra debilidad espiritualizante» de la anterior columna. Por más que sea difícil sustraerse a esa vivencia ímtima, a esa plenitud espiritual, cuando un luchador impulsa y otro luchador se eleva. Pero también por más nos situemos en esa clave de Lucha Leonesa y algo más, «malos tiempos corren para la lírica» que diría el clásico. Y ya no digamos una a modo de lírica con esencias y raíces reivindicativas. No están lo tiempos como para pequeñeces de esta índole. Ya sin concesiones al espíritu y más bien en el plano de la realidad y el pragmatismo ¡Lo que nos espera! Y es que nos da la impresión que ya no solo se adolece de falta de imaginación, sino hasta de la lógica y sentido común más elemental. Verbigracia, horario de las 5 de la tarde para el comienzo del corro.
Así que ¿simple impresión? Impresión sí, pero simple-¦Por más que nuestras impresiones desde el distanciamiento de los corros, no tengan el recurso justificador del demagógico «paloquehayquever»: en el otro extremo del chauvinista «lo mejor del mundo». Impresiones desde lo que se observa, se capta y se percibe desde un observatorio neutral e independiente.
A lo que íbamos. El que suscribe no acepta la mayoría de las rutinas atávicas de los corros, derivadas de una atávica mentalidad del aluche de la boina. Por más que también aquí juegue la equiparación: del maligno de quien suscribe al buenismo de para quienes todo es bueno y nada hay malo. Del casi todo mal a todo -“absolutamente todo- una balsa de aceite. Lo que queda por ver. Después de un solo corro programado en toda la Provincia para la Liga de Verano a lo largo del veraniego Junio leonés (tormentas de esta año aparte).
Lo que nos espera. Después de establecer un calendario de verano de Lucha de Base y Juvenil con poco más de media docena de corros (y casi todos con horarios espantadores de «alasalidamisa») y con mínima difusión a priori -“captadora- y a posteriori -“motivadora-.Así se hace proselitismo y se impulsa la Cantera.
Premonitorio de lo que nos espera por ir descubriendo ¿Y el fantasma de la duración de los corros? ¿Y el fantasma de las lesiones? Qué ha sido de la tan cacareada prevención? Y ya no digamos la atención y cobertura integral. ¿Y el endogámico Colegio de Arbitros?
Lo que nos espera-¦Mientras no se esté dispuesto a sobrevolar el momento actual -¿sólo transitorio en funciones-¦?- anclado en el rutinario inmovilismo de una L.L.gris y anodina.