Diario de León

caza y pesca

Pocas perdices y mucha lluvia

La apertura de la caza menor dejó un profundo desencanto en la mayoría de los cazadores que salieron al campo y al monte desafiando al mal tiempo

Publicado por
pedro vizcay | león
León

Creado:

Actualizado:

La apertura de la temporada de caza menor, que se producía el pasado domingo día 25 de octubre, ha dejado un profundo desencanto en la mayoría de cazadores que han salido al campo y al monte desafiando al mal tiempo. Se esperaban resultados pobres y así han sido en la ma yoría de acotados. Perdices muy escasas y algunas liebres en una jornada en la que la climatología adversa puso la nota dominante. El día, que amaneció nublado y con bancos de niebla que en algunos casos impidieron el ejercicio cinegético, fue cambiando de forma que a media mañana llovía de forma persistente, lo que motivó en muchos casos el abandono de la caza. Por la tarde, sin embargo, se abrían grandes claros, pero en la mayoría de acotados el horario finaliza al mediodía.

Resulta evidente que la perdiz ha criado mal o no ha criado, y que en algunos acotados apenas hay «patirrojas». En otras zonas, sin embargo, puede considerarse un año simplemente flojo, pero con perdices para poder divertirse sin grandes alegrías. En todo caso resulta prematuro realizar un balance, habida cuenta de que con la lluvia parece que se las traga la tierra. Además, al haber menos cazadores en el campo, quedan bandos enteros sin mover. En la zonas tradicionalmente perdiceras como Pajares de los Oteros, Valderas o Valencia de Don Juan puede hablarse de resultados desastrosos. Algo mejor en la media montaña donde, aunque mal, han criado algunas parejas. La constatación de que la pasada campaña murieron muchas hembras envenenadas se ha puesto de manifiesto. Las pocas piezas abatidas son mayoritariamente machos y viejos. Es precisamente la necesidad de equilibrar las poblaciones lo que se requiere en esta temporada. No importa tanto el número de perdices que queden en el campo como que exista una paridad entre machos y hembras.

Mejora la liebre. La nota positiva ha sido sin duda que vuelven a verse algunas liebres. El pasado año y tras las primeras jornadas, varios acotados optaron por vedar la caza de las «rabonas» veda que se mantiene todavía. La mayoría de cuadrillas que han salido al campo han visto liebres y han colgado alguna. Basta un ejemplar para preparar una buena cazuela con patatas o judías para la bodega, que es donde se curan las penas de unos cazadores cada vez mas sufridos. En todo caso queda muy lejos todavía la abundancia de antaño, pero de cara a la caza con galgo representa una cierta esperanza la recuperación de esta especie que parecía casi al borde de la extinción. Parece que en algunos acotados se ha repoblado con ejemplares semisalvajes, criados en fincas valladas pese a que resultan muy caros. La Consejería de Medio Ambiente advirtió de que estas prácticas eran ilegales, pero ante la falta de respuesta de la administración, culpable por otra parte del desastre del envenenamiento del campo con motivo de la plaga de topillos, es un secreto a voces que algunos acotado han actuado por su cuenta y riesgo.

El conejo de monte, sin embargo, ha estado a buen nivel. El problema estriba en que no hay conejos en todos los cotos. Lo cierto es que en las zonas «conejeras» han abundado y se han hecho piñas de tres «roedores» de promedio. Las repoblaciones realizadas con animales vacunados y con vivares adecuados están dando resultados en muchos cotos hasta el punto de que en algunas zonas proliferan en exceso. La recuperación de este animal, pese a los daños que pueda ocasionar en los cultivos y que deben ser indemnizados, es una buena noticia tanto para los cazadores como para toda la faun a salvaje, pues los depredadores, águilas y zorros especialmente, podrán alimentarse con este prolífico roedor sin amenazar a otras especies mucho mas delicadas como la perdiz y la liebre.

tracking