La Hacienda española empieza a bucear en los papeles secretos de Luxemburgo
De Guindos asegura que «está convencido» de que la Agencia Tributaria ya investiga.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, en Bruselas.
El tsunami fiscal desatado en Europa por las dudosas prácticas llevadas a cabo en la última década por el Gobierno de Luxemburgo con cientos de multinacionales está muy lejos de amainar. Ni en lo financiero ni, sobre todo, en lo político, con un Jean-Claude Juncker que lo ha sido todo en el Gran Ducado, desde ministro de Finanzas como primer ministro desde los años noventa. Hablar de este pseudoparaíso fiscal de sólo 500.000 habitantes es hacerlo del recién estrenado presidente de la Comisión Europea, que desde que estalló el caso el jueves, desde que la prensa sacara a la luz 540 acuerdos fiscales secretos con varias compañías para que pagasen menos impuestos (‘LuxLeaks’), sigue sin decir una palabra parapetado en su portavoz, Margaritis Schinas, que ayer insistía en el firme compromiso que Juncker viene reiterando para combatir el fraude fiscal y que en la UE existen reglas comunes.
Quien sí habló fue el ministro español de Economía, Luis de Guindos, que aseguró que Hacienda ya ha comenzado a investigar los documentos filtrados masivamente en una investigación impulsada a nivel internacional. «Estoy convencido de que la Agencia Tributaria, dentro de su independencia, lo está haciendo ya», recalcó en Bruselas al término, precisamente, de la reunión de ministros de Finanzas de la UE (Ecofin).
Rechazó por activa y por pasiva pronunciarse sobre el caso concreto, valorar la responsabilidad política del presidente de la Comisión en este escándalo o cifrar el coste que para España ha tenido que multinacionales como Ikea, Pepsi, Apple, Amazon o Burberry’s hayan tributado en Luxemburgo los beneficios generados en nuestro país a un tipo de interés del Impuesto de Sociedades que en algunos casos no llegaba ni al 1% cuando el tipo oficial era del 28,6%. «Dar una cifra sería una frivolidad por mi parte», insistió. Tras advertir de que será «importante saber si los acuerdos eran públicos o no, si se hacían con transparencia o no», apostilló que este tipo de prácticas son «indeseables», que el asunto destapado es «relevante» y que le corresponde al Ejecutivo comunitario investigar el asunto y dictaminar si ha habido una «distorsión y competencia desleal».
«Hay que evitar este tipo de planteamientos porque son contrarios a lo que estamos haciendo en la OCDE, el G-20 o la UE», aseguró tras admitir que es complicado explicar a los ciudadanos los recortes que han tenido que tomarse cuando salen este tipo de noticias. «España está liderando junto a Alemania, Francia, Italia y Reino Unido una nueva forma de hacer política fiscal basada en coordinarnos, en compartir información…», remarcó.
El escándalo del ‘LuxLeaks’ estalló el jueves con todos los ministros de Finanzas de la UE ya en Bruselas o llegando a la capital comunitaria. El malestar era evidente y los mensajes contundentes sobre este tipo de prácticas dominaron los discursos, desde el alemán Wolfgang Schäuble, al francés, Michel Sapin. «No puede ser que unos poco se enriquezcan a costa de todos. Esto es inasumible», resaltaron al unísono llevándose las manos a la cabeza.