Eurogrupo, cuestión de orgullo
Los pequeños países decantarán la votación para nombrar al nuevo presidente, prevista para el jueves, en la que España se juega muchísimo más que Holanda.
El candidato holandés a presidir el Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el español, Luis de Guindos.
En la UE de los mil y un equilibrios (político, geográfico, de género...) todo se hace por consenso. Que queda un gran puesto vacante, pues se descuelga el teléfono, los líderes comienzan a trazar líneas rojas, a hablar de pros y contras, y si al final el acuerdo parece imposible, llega Angela Merkel, convence a unos, disuade a otros y aquí paz y después gloria: «Tú». Y no, no es una leyenda urbana. La estrategia española para volver a la cúpula de la UE y hacerse con la presidencia del Eurogrupo es tan simple como ésta. Ganarse el favor de la canciller alemana, vender su apoyo a los cuatro vientos y decir a Europa que tiene la bendición de Berlín. Ocurrió en Santiago de Compostela, hace ya un año. En política, una eternidad. «Desde entonces, nada ha cambiado», confía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El problema de España, que se ha tomado esta votación como una cuestión de orgullo, es que su estrategia podría desmoronarse como un castillo de naipes. Merkel no quiere más jaleos (bastante tiene con el griego), y se ha puesto de perfil en esta contienda. Sí apoya a Rajoy, así se lo ha trasladado a sus socios, pero también ha dicho que no hará campaña por el español primando la ‘libertad’ de voto. No hay que olvidar que el actual presidente, Jeroen Dijsselbloem, fue aupado en enero de 2013 por Berlín. O De Guindos o Dijsselbloem, la cuarta potencia de la moneda única contra la quinta, quizá el mayor choque de trenes que se ha producido en la UE en muchos años. Salvo sorpresa, se producirá el día 18, en Luxemburgo, donde el Eurogrupo tiene previsto votar a su nuevo presidente. En Bruselas, sin embargo, se quiere evitar a toda costa una imagen de división y ya han comenzado a surgir varias voces sugiriendo que uno de los dos se retire. ¿Y quién tiene teóricamente menos apoyos? Luis de Guindos. Sin embargo, Mariano Rajoy fue explícito este miércoles en Bruselas: «No retiramos nuestra candidatura».
La votación se decantará por mayoría, así que harían falta por lo menos 10 de los 19 votos en liza. Un país, un sufragio. Dicho de otro modo, el voto alemán vale lo mismo que el de Estonia y aquí, en esta dura batalla, la última palabra la tendrán los países pequeños, no tanto Alemania, Francia o Italia.
Informal y poco definido
La puesta en marcha del euro fue el paso más ambicioso en la integración europea desde la creación de la propia UE. El 1 de enero de 2002 la moneda única empezó a circular en doce países (Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Grecia y Portugal). Posteriormente se incorporarían otros siete -Eslovenia, Chipre, Malta, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania- hasta configurar los 19 estados actuales. Todos ellos forman parte del Eurogrupo, un organismo informal y poco definido que se creó oficialmente en 2005 para coordinar las políticas monetarias de los países del euro.