El crudo se derrumba a los 30 dólares y arrastra a productores y petroleras
Arabia Saudí sigue interesada en bajar los precios para acabar con el ‘fracking’.
La espiral bajista de la que parece que el petróleo no puede desprenderse ha encendido todas las alarmas entre los países productores y las compañías encargadas de extraer el crudo, después de que el barril de Brent se haya deprimido un 18% en apenas siete sesiones hábiles, las que distan desde que comenzara el año. Ayer, el coste del ‘oro líquido’ se desplomó otro 3,7% y se asomó al precipicio de los 30 dólares. Si se sitúa por debajo de esta referencia, traspasaría otra línea psicológica que no veía desde principios de 2004.
El coste del petróleo sigue cayendo porque hay mucha más oferta de este material que las necesidades que exigen los consumidores en estos momentos. Y la capacidad de producción supera a la de venta del crudo porque el principal productor del mundo, Arabia Saudí, sigue enrocada en su política de hacer bajar los precios para acabar con la competencia de las industrias del ‘fracking’ que habían proliferado en Estados Unidos en los últimos años, convirtiéndose en una alternativa al crudo. Pero los efectos están siendo devastadores para muchos de sus socios de la Opep.
La tensión en el seno del cartel ha llegado a tal extremo que Nigeria se ha mostrado partidaria de convocar una reunión extraordinaria de la organización para plantear un posible recorte de la producción y así elevar los precios, junto a algún otro país. El ministro de Recursos Petrolíferos del país, Emmanuel Ibe Kachikwu, recordó que en la anterior cita periódica del pasado mes de diciembre, se acordó que si el crudo llegaba a los 35 dólares «empezaríamos a examinar una reunión extraordinaria». Sin embargo, fuentes de la Opep indicaron que «no habrá reunión alguna» antes de que se convoque la ordinaria, cuyo encuentro tendría lugar a principios del próximo mes de junio.
Por ahora, Arabia Saudí puede aguantar con el crudo en estos niveles, aunque el emirato ha aprobado algunas medidas históricas para apaciguar la falta de financiación como consecuencia del petróleo en mínimos, como la emisión de deuda. «Pero hay otros países como Nigeria, Venezuela o Rusia, que no pueden aguantar», señala Diego Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable de Deutsche Bank. En el caso ruso, su divisa -el rublo- cayó ayer hasta el mínimo histórico en su cambio con el dólar, hasta los 76,6 rublos. El presupuesto del país, que se nutre de los ingresos por venta de petróleo, prevé un precio medio de 50 dólares para cuadrar las cuentas públicas este año, frente a los 30 dólares a los que se está aproximando en las últimas sesiones.
La evolución futura del crudo dependerá del principal consumidor de todo el mundo: China. La ralentización del gigante asiático había sido una de las causas por las que el petróleo no repuntaba, ante la menor demanda de los hogares e industrias chinos.
Con estas referencias nunca vistas desde hace 13 años, las cuentas de las grandes compañías del sector se han convertido en las primeras afectadas por la crisis del petróleo. Repsol, donde habían estimado un precio medio de 50 dólares para poder llevar a cabo su plan estratégico, ha perdido casi la mitad de su valor bursátil en el último año. Sus acciones cayeron ayer otro 1,4% y se dejan un 15% desde el pasado 1 de enero.