Los malos resultados empresariales provocan la mayor caída del Ibex 35

El selectivo índice madrileño se encuentra en los niveles de noviembre del año 1997 y las grandes empresas no saben cómo recuperar los niveles, en un parqué dominado por los inversores cortoplacistas del verano, en el que cada vez hay menos volumen de negocio y cada vez es más difícil levantar la situación de los valores sometidos a mínimos anuales. A pesar de las recuperaciones logradas, la semana en el mercado madrileño se cerraba con una caída del 4,5%, después de que valores como el BBVA o el SCH se dejaran en el día un 7,42% y un 5,85%, respectivamente, y las grandes compañías, como Endesa, Telefónica, Repsol YPF, Dragados, etc. no pudiesen evitar una caída superior al 5%. La tónica era la misma en el resto de los mercados europeos. De nuevo el más castigado en estos momentos de recesión bursátil fue el CAC 40 de París, con un retroceso del 5,5%, seguido del 5% de Zurich, el FTSE londinense con un 4%, similar al del DAX de Francfort pocos minutos antes del cierre. A nivel internacional la situación parece no ofrecer datos optimistas para la última semana completa del mes de julio. El lunes que viene se confirmarán los datos de la investigación abierta sobre la multinacional Johnson & Johnson, que acumulaba una pérdida del 15% ya sin conocer todo lo ocurrido con las cuentas de tan sólo una de sus fábricas. Pero el final de la semana también ha servido para confirmar las pérdidas del gigante de las telecomunicaciones Ericsson y los malos resultados nada menos que de Microsoft y Sun Microsystems, dos de los principales protagonistas del sector informático y electrónico mundial. Desde el día anterior se arrastraban las dudas sobre la contabilidad de la AOL Time Warner con la dimisión incluida de su director general y por si era poco, la multinacional alemana Epcos admitía que no podía cumplir con los beneficios previstos («profit warning») Oleada de ventas Con semejante situación a nivel «globalizado», los analistas del mercado español no podían más que ver como la oleada de ventas se apoderaba del mercado a última hora y esperar a nuevos repunte la semana que viene, sin saber si se iban a poder consolidar, o se llegaría a las vacaciones de agosto en plena incertidumbre y bajo mínimos. La evolución de las cotizaciones amenaza con cerrar el mes con una de sus mayores caídas, una vez que se ha comprobado que los datos macroeconómicos ya no sirven para animar el mercado. Ayer mismo se confirmaba una mejora del IPC norteamericano y una reducción de su déficit comercial, que pasaron desapercibidas por el mercado, más pendiente de la cascada de malas noticias empresariales que de otra cosa.