Diario de León

Los alimentos se resisten a bajar pese a las ayudas al campo y la rebaja del IVA

El plan anticrisis lleva ya tres meses en vigor pero las medidas no están teniendo gran efecto en la cesta de la compra, que subirá un 12%

Una señora mira los precios en un supermercado. JUAN IGNACIO RONCORNI

Una señora mira los precios en un supermercado. JUAN IGNACIO RONCORNI

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Han pasado ya prácticamente tres meses desde que entró en vigor el nuevo plan anticrisis del Gobierno cuyo principal objetivo era bajar la inflación. Pero por ahora esa intención no se ha visto reflejada en los precios. Los datos no dejan lugar a dudas: el IPC de diciembre fue del 5,7%, pero el de enero subió al 5,9% y el de febrero a 6%.

Habrá que esperar a este próximo jueves para conocer el dato que el INE adelantará sobre cómo se han comportado los precios en este mes de marzo, pero todo apunta a que la tendencia seguirá en ascenso.

Sobre todo en el caso de la inflación subyacente, que al no tener en cuenta energía ni productos frescos es más difícil de reducir y suele enquistarse más en el tiempo.

De hecho, la bajada de la inflación general desde el pico que alcanzó en julio del año pasado (10,8%) se ha debido «casi en exclusiva» a la reducción de los precios de los productos energéticos en los mercados internacionales, según el informe que el Banco de España publicó el pasado miércoles y que señala que a cierre de 2023 la energía tendrá un precio un 11% inferior al de 2022. Pero la subyacente no ha dejado de subir y ya se sitúa en el 7,6%, máximo desde hace 40 años, una tasa muy por encima de la general.

Las previsiones del Banco de España indican además que irá descendiendo durante el año, pero cerrará en el 3,9%, dos décimas aún por encima de la inflación general, algo muy poco habitual. Más allá de los datos macroeconómicos, ¿Qué ocurre con los precios de los alimentos? La factura de los clientes se ha multiplicado en el último año y aunque asociaciones de consumidores y la parte ‘morada’ del Gobierno critica los altos márgenes que están consiguiendo por ello las grandes cadenas de supermercados, los precios no solo han subido en este último eslabón de la cadena. De hecho, los datos del informe semanal de precios coyunturales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a los que ha accedido este periódico revelan que los precios en origen (lo que se paga a los agricultores por los productos) se han incrementado casi un 40% de media (sobre una muestra de trece alimentos básicos representativos).

Alguna de las subidas de precio desde marzo de 2022 a 2023 tomadas como ejemplo en este artículo son la del kilo de carne de cerdo, de 1,9 euros que se vendía en origen hace un año a los 2,5 que se entrega ahora, lo que supone un incremento de más del 30%. O en el caso de las frutas y verduras, el kilo de manzana golden ha subido de 0,36 a 0,61 euros, casi el 70%; o el kilo de zanahoria, de 0,24 a 0,34 euros, más del 40%. De la muestra, los únicos productos que bajan de precio en origen respecto a hace un año son el aceite de girasol (-30%) y las peras (-7%).

1.000 millones al campo Y ello pese a las ayudas que el Gobierno ha repartido en el campo, que ascienden a más de 1.000 millones de euros entre los agricultores y ganaderos desde mayo de 2022 entre ayudas directas (660 millones en compensación por el aumento de precio de fertilizantes y del gasóleo agrícola y pesquero) y bonificaciones fiscales. Pero lejos de aplacar los precios, han seguido subiendo. Bien es cierto que los costes del sector primario se han multiplicado desde que comenzó la guerra de Ucrania, en primer lugar por la energía, pero también por la subida del salario mínimo (1.000 euros brutos en 2022 y 1.080 euros en 2023, en 14 pagas), o el impacto de la sequía.

A las ayudas al campo hay que sumar las subvenciones fiscales para la ciudadanía que el Gobierno puso en marcha desde el 1 de enero. Pero la bajada del IVA de los alimentos básicos no está teniendo el efecto deseado y esta ayuda no ha logrado trasladarse al bolsillo de los consumidores, que cada vez son más críticos con la situación.

Subidas en 2024 y 2025

Las cifras son claras: el Banco de España calcula en su último informe que los alimentos serán un 12,2% más caros al cierre de este año que en 2022, cuando ya habían experimentado una subida histórica. En 2024 y 2025 las subidas serán más modestas pero aún bastante importantes, del 4,6% y 2,9%, respectivamente. Y eso que la energía será mucho más barata, lo que reduce los costes de producción y transporte. En concreto, el supervisor calcula que 2023 termine con los productos energéticos un 13,6% por debajo de los precios de 2022, y que sea el año que viene cuando vuelva a repuntar un 11%.

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