La sangre vuelve a correr en Beirut

Al menos cinco personas murieron, entre ellas el exministro de Finanzas, Mohamed Chatah, y otras 52 resultaron heridas, siete de ellas en estado muy grave, al explotar un coche bomba en el sector Starco, en el centro de Beirut, informaron a Efe fuentes policiales.

La explosión se produjo hacia las 09,40 hora local (07.40 GMT) cuando pasaba el coche de Chatah, que se dirigía a la casa del exprimer ministro Saad Hariri, que se encuentra en el extranjero, donde estaba prevista una reunión de miembros de las Fuerzas del 14 de Marzo, coalición contraria al régimen sirio de Bachar al Asad.

El fiscal general interino ante el Tribunal de Casación, Samir Hamud, que se trasladó al lugar de la explosión, precisó que el vehículo portaba una carga de entre 50 y 60 kilos de explosivos.

Según pudo constatar Efe, el vehículo quedó reducido a un amasijo de hierros, mientras que las calles y los edificios cerca del lugar donde se produjo la explosión estaban sembrados de cristales y hierros.

Las autoridades establecieron un importante cordón de seguridad en los alrededores del lugar, restringiendo el acceso a las personas con un permiso especial, mientras que efectivos del ejército y de la policía, vestidos de blanco y con guantes, tomaban pruebas para iniciar las investigaciones.

Miembros de los servicios de inteligencia de las fuerzas de seguridad, vestidos de paisano, también acudieron al lugar del atentado, ya libre de la presencia de vecinos.

"Estaba de pie cuando escuchamos la explosión, que reventó los cristales. Necesitamos dos minutos para reaccionar y acercarnos al lugar. Vimos mucha sangre, coches ardiendo, fue terrible", dijo a Efe Samer, de 34 años, que tenía su farmacia abierta en el momento de la explosión.

Mohamed, de 24 años, cajero en el restaurante Kitchen Express, afirmó que tres de sus compañeros resultaron heridos y que, los que pudieron, salieron para "tratar de ayudar a las víctimas".

Mahmud, de 51 años, que trabaja en un edificio en frente del lugar donde se produjo el atentado, afirmó aliviado que "lo único positivo es que un empleado de la compañía que pasaba por el lugar se libró. Fue cuestión de segundos".

El atentado contra Chatah es el primero de este año contra una personalidad de las Fuerzas del 14 de Marzo.

Hasta ahora, las víctimas de los atentados habían sido las fuerzas de seguridad y el grupo chií libanés Hizbulá, en las regiones que controla, causando decenas de muertos, contrariamente al periodo que va desde 2004 hasta 2008, cuando los objetivos fueron personalidades contrarias al régimen sirio, como las Fuerzas del 14 de marzo.

El atentado contra el ex ministro de Finanzas ocurre días antes del comienzo del proceso, previsto para el próximo 16 de enero, de los presuntos responsables del asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, que serán juzgados por el Tribunal Especial para el Líbano (TEL) y en el que están acusados cinco miembros de Hizbulá.

El grupo chií condenó de modo rotundo el atentado contra Chatah, estimando que "solo beneficia a los enemigos del Líbano", pero el ex ministro Saad Hariri y las Fuerzas del 14 de Marzo vieron en él "las mismas manos que mataron a Rafic Hariri", en un atentado con coche bomba en 2005, que dejó 22 muertos y más de 200 heridos y que llevó a la retirada de las tropas sirias del país después de casi tres décadas de ocupación.

El atentado contra Chatah ha sido condenado de manera unánime por las autoridades libanesas.

El presidente Michel Suleiman lo calificó de "acto cobarde", y aseguró que "cualquiera que sea el mensaje que encierre, no debilitará la determinación de los libaneses a proteger su país".

El primer ministro designado, Tamam Salam, estimó que "este acto terrorista dirigido contra una personalidad nacional y moderada demuestra que el Líbano continúa siendo objetivo de un complot para desestabilizarlo".

En cuanto a la situación de seguridad, fuentes diplomáticas aseguraron a Efe que "ahora hay que esperar cualquier cosa, ya que el atentado de hoy puede ser el inicio de una nueva etapa en la que nadie puede sentirse protegido".

La seguridad se ha deteriorado en el Líbano desde el inicio de la crisis siria, en marzo de 2011, con un aumento de los enfrentamientos sectarios, los asesinatos y los secuestros.