Diario de León

Los moscovitas lloran ante la embajada la muerte del ‘camarada’

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Muchos rusos lloraban ayer la muerte del ‘camarada Fidel’ con una presencia masiva ante la embajada cubana en Moscú, donde se oían llantos, consignas revolucionarias y deseos de que la isla siga la senda socialista.

«Quería estar con el pueblo cubano en este día de duelo. A Fidel lo queremos mucho, tanto como si fuera uno de nosotros», señaló Gueorgui, que no podía contener las lágrimas, en el español que aprendió cuando trabajó en la isla como geólogo.

La verja de la legación diplomática cubana no daba ayer abasto para el mar de flores, en su mayoría rojas, que los moscovitas comenzaron a depositar el sábado, el día en que se conoció la muerte del líder cubano Fidel Castro.

La tradicional gorra revolucionaria y los sombreros de paja colgaban de la verja, pero también se podían ver puros habanos, fotos, dibujos, cartas de amor, banderas y velas que resistían estoicamente el intenso aguanieve.

Algunos incluso trajeron retratos artísticos del líder revolucionario cubano, como Yaroslav, al que su padre, Ígor, le había encargado hace tres meses ese cuadro.

«Fidel era el Espartaco de nuestro tiempo. El último líder que luchaba por la libertad. No hay otro igual en el mundo», comentó Ígor, barbudo como el fallecido mandatario.

«Viva Fidel, viva Cuba», «Justicia y Socialismo», «Venceremos» o «Hasta siempre, comandante. Siempre estarás en nuestros corazones», rezaban algunos de los carteles.

«Fidel era un símbolo revolucionario para todo el mundo. Tengo la esperanza de que el pueblo cubano vencerá», sentenció Gueorgui antes de sumarse a la fila para firmar en el libro de condolencias de la embajada, donde reinaba un silencio sepulcral.

Junto al libro de condolencias figuraba la foto de Castro con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien visitó la isla nada más llegar al Kremlin en el año 2000 y recientemente condonó casi toda la deuda externa contraída por Cuba con la URSS.

Pese al tiempo desapacible que reinaba ayer en la capital rusa, cientos de personas se acercaron para despedirse del ‘comandante’, palabra que los más viejos aprendieron en su juventud y pronuncian en español casi sin acento.

Había muchos nostálgicos comunistas -algunos de ellos con banderas soviéticas con la hoz y el martillo-, como es el caso de Tatiana, quien recuerda cómo Fidel fue recibido como un héroe cuando visitó por vez primera la URSS en 1963, viaje que se prolongó durante 40 días.

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