Diario de León

EEUU

Manning sí, Snowden no

Obama ha considerado la asunción de responsabilidad y la sentencia excesiva para liberar a la soldado que filtró a WikiLeaks. Su caso contrasta con el del analista de la NSA, que se refugió en Rusia y al que acusan de revelar "material mucho más comprometido y peligroso"

Chelsea Manning.

Chelsea Manning.

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IDOYA NOAIN / NUEVA YORK
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Cuando a tres días de dejar la Casa Blanca Barack Obama anunció el martes la conmutación de la pena de la soldado Chelsea Manning, arrestada en el 2010, juzgada por espionaje por las filtraciones a Wikileaks y condenada a 35 años de cárcel, uno de los primeros en agradecer al presidente la decisión de dejarla en libertad el próximo 17 de mayo, vía Twitter, fue Edward Snowden, el exempleado de la CIA y contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que sacó a la luz los masivos programas de espionaje gubernamental tanto en Estados Unidos como el extranjero. Como en el caso de Manning, Snowden también ha sido protagonista de una campaña de grupos de activistas por los derechos humanos pidiendo a Obama que muestre clemencia. Pero sus destinos, como sus historias, apuntan a ser muy distintos.

Según han explicado fuentes de la Casa Blanca, en la decisión de Obama de liberar a Manning han pesado distintos factores. Uno ha sido que el presidente consideraba que la sentencia de 35 años que un tribunal militar impuso a Manning fue excesiva y “más larga que las impuestas a otros individuos que cometieron delitos comparables”. Otro de los argumentos es que el mandatario, que ha mostrado con las filtraciones una severidad sin precedentes, ha creído que los casi siete años que la soldado ha pasado ya encarcelada (incluyendo casi un año en aislamiento poco después de ser arrestada en Irak en el 2010 y cuando aún no había sido juzgada y condenada) han sido suficiente castigo.

REMORDIMIENTO Y FUGA

Hay una tercera razón, explicada también por el alto cargo de la Casa Blanca, que ayuda a entender por qué Manning sí y Snowden no (salvo que Obama dé este jueves una sorpresa que prácticamente nadie espera). “Chelsea Manning es alguien que aceptó su responsabilidad por los delitos que cometió. Expresó remordimiento por cometer esos delitos. Y empezó a cumplir la sentencia que se le impuso”, ha dicho el funcionario.

Snowden, en cambio, preparó su huída antes de filtrar los documentos de la NSA, pidió una baja y estaba en Hong Kong cuando empezaron a salir a la luz. Aunque EEUU pidió su extradición tras imputarle bajo la misma ley de espionaje de 1917 que se usó para acusar a Manning, logró permiso para viajar a Rusia. Y en Moscú, donde ha permanecido desde entonces (y donde este miércoles se ha anunciado que se extiende su asilo “un par de años”), se ha convertido en un activo en la guerra de imagen y relaciones públicas que Vladimir Putin libra con Obama.

“Snowden voló a los brazos de un adversario y ha buscado refugio en un país que recientemente ha realizado un esfuerzo coordinado para minar la confianza en nuestra democracia”, razonó el martes el portavoz de Obama, Josh Earnest, quien también aseguró que sus revelaciones afectaron a “material mucho más comprometido y peligroso” que el filtrado por Manning, que dio a conocer 250.000 cables del Departamento de Estado pero también material militar, incluyendo el vídeo grabado desde un helicóptero Apache en Bagdad en el 2007 donde se vio como fuerzas de EEUU asesinaban a dos periodistas de Reuters y otros civiles.

ASSANGE Y EL GÉNERO

Las fuentes oficiales han negado que en la decisión de Obama haya pesado el anuncio de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, de que aceptaría su extradición a EEUU si se liberaba a Manning. Y aunque no han hablado de otros motivos humanitarios, quedan en el aire los interrogantes de si esos han pesado sobre un presidente que ha dado pasos para reconocer los derechos de la comunidad LGTB. Chelsea Manning, de 29 años, era antes Bradley y anunció su condición de transgénero tras ser condenada. Ha estado encarcelada en una prisión militar masculina en Kansas y había solicitado tratamiento para su disforia de género, llegando a realizar en septiembre del año pasado cinco días de huelga de hambre para conseguir que le asignaran un asesor.

En dos ocasiones en el 2016 trató de suicidarse y al menos uno de esos intentos fue castigado con otro periodo de aislamiento. Snowden, cuando el 11 de enero pidió en Twitter a Obama que mostrara clemencia con ella, escribió: "solo usted puede salvarle la vida". Lo ha hecho.

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