Diario de León

Rusia entra en el conflicto de Bielorrusia y Polonia y avisa contra el cierre de la frontera

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, lo califica de «ataque híbrido, brutal, violento e indigno»

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EFE

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Rusia advirtió ayer de que el cierre de la frontera bielorruso-polaca propuesto por el Gobierno de Varsovia solo puede complicar la crisis migratoria en la zona fronteriza, que amenaza con convertirse en una «catástrofe humanitaria», según el Kremlin. «Tales decisiones únicamente pueden complicar la situación. No son otra cosa que intentos de estrangular a Bielorrusia», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria en respuesta al primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki.

Este martes el jefe del Gobierno polaco declaró que «sellar la frontera» con Bielorrusia está «en el interés nacional» de Polonia» y advirtió de que «también la estabilidad y la seguridad de toda la Unión Europea (UE) están amenazadas».

Peskov subrayó que Moscú considera «inaceptables e irresponsables» las declaraciones de Morawiecki en las que achacó a Rusia la responsabilidad por la crisis migratoria en la frontera bielorruso-polaca. «Entendemos la complejidad de la situación, pero consideramos que de hecho se trata de un problema con personas, con varios miles de refugiados que no quieren quedarse en Bielorrusia y que demandan refugio en países europeos», dijo el portavoz.

Agregó que los migrantes no quieren quedarse en Polonia sino «transitar» a otros países de la Unión Europea. «Recordamos precedentes recientes, cuando los europeos hablaban del valor de defender a estas personas, a los refugiados», dijo Peskov, que recalcó que es evidente que la situación en la frontera bielorruso-polaca puede desembocar en una «catástrofe humanitaria».

En tierra de nadie

Recordó que en pasadas situaciones similares «a los refugiados se les dio el derecho a entrar y permanecer en territorio de la Unión Europea». Los refugiados, en su mayoría provenientes de Irak y Siria, se encuentran ahora en tierra de nadie de la zona fronteriza, ya que Polonia aprobó medidas que permiten la expulsión por la fuerza de los inmigrantes irregulares, mientras Minsk derogó el acuerdo de readmisión con la Unión Europea. Desde la pasada primavera se han multiplicado los intentos de entrada ilegal en Letonia, Lituania y Polonia desde Bielorrusia y la UE considera que esto es el resultado de un plan del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, para desestabilizar a Europa.

Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió este miércoles en Varsovia «actuar con rapidez y decisión» en la crisis de la frontera polaco-bielorrusa, donde —dijo— tiene lugar «un ataque híbrido, brutal, violento e indigno».

Michel se entrevistó con el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, quien a su vez destacó que no se trata «de una crisis migratoria, sino una crisis política desencadenada con el propósito especial de desestabilizar la situación en la Unión Europea (UE)».

Ambos líderes coincidieron en que el régimen de Aleksander Lukashenko es culpable de la situación en la frontera, donde se acumulan cientos de migrantes y se han registrado varios intentos violentos de pasar a territorio polaco de manera ilegal.

Morawiecki dijo que «los acontecimientos de los últimos días son una prueba para Polonia y una prueba para Europa», y añadió que su Gobierno es consciente de que puede producirse una escalada «arriesgada» y que «la situación puede empeorar», por lo que habrá que «lidiar con las estrategias de provocación» de Bielorrusia.

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