Diario de León

Miles de ucranianas desafían la incertidumbre de la guerra para convertirse en madres

Kiev.- Una mujer en una clínica de reproducción asistida, este domingo en Kiev (Ucrania). Miles de ucranianas desafían la incertidumbre y los desafíos que trae consigo la invasión rusa para tener hijos, mientras la tasa de natalidad ha caído al nivel más bajo en décadas y el país experimenta una profunda crisis demográfica. EFE/ Ksenia Jazhylenko SÓLO USO EDITORIAL / SÓLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Una mujer en una clínica de reproducción asistida, este domingo en Kiev.Ksenia Jazhylenko

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Rostyslav Averchuk
Kiev

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Miles de ucranianas desafían la incertidumbre y los desafíos que trae consigo la invasión rusa para tener hijos, mientras la tasa de natalidad ha caído al nivel más bajo en décadas y el país experimenta una profunda crisis demográfica. 187.000 niños nacieron en Ucrania en 2023, un 32 % menos que en 2021, el año anterior a la invasión, según datos del Gobierno, en gran parte porque millones de mujeres abandonaron el país, mientras que aquellas que decidieron quedarse se han enfrentado a una serie de desafíos.

«Es muy incómodo convertirse en madre ahora mismo», dicej Liudmila Primenko, de 32 años y vecina de Dnipró (centro). Su hospital materno infantil fue bombardeado el pasado diciembre y todavía no sabe dónde va a dar a luz. No obstante, Primenko ha observado recientemente un ‘baby boom’ entre sus amigas que viven también en la ciudad, blanco habitual de ataques rusos. «Después de tanta incertidumbre al inicio de la invasión, muchas parecen haberse cansado de esperar», explica. «Cada vez que veo a mi hija sonreírme y mirarme con tanto cariño y amor, siento que todos los esfuerzos han merecido la pena», contó Jristina Shumska, de 35 años y residente en Leópolis.

Shumska y su marido aplazaron sus planes de tener hijos cuando Rusia empezó a concentrar sus tropas cerca de la frontera ucraniana en 2021. Sin embargo, los dos ya mediada la treintena, sentían que no podían esperar mucho más tiempo, después de que fuera evidente que la invasión no iba a terminar pronto. «Nadie sabía cuándo iba a terminar la guerra», explicó. Shumska dio a luz a su primera hija, Viktoria, hace poco más de un año. Mientras trabaja a tiempo parcial para una empresa de informática, ha estado ocupándose sola del bebé, con la ayuda de su madre, puesto que su marido fue movilizado por el Ejército hace ocho meses. «Ahora para Viktoria hago de madre y de padre», afirmó. El Estado paga a Shumska el equivalente a unos 40 euros de pensión alimenticia, tras una ayuda inicial de 250 euros. Más mujeres se plantearían tener hijos si pudieran permitirse contratar a una niñera, ante la falta de otras opciones de cuidado infantil a edades tempranas en Ucrania, o si recibieran formación sobre cómo cuidar de su primer hijo, sugirió. Sin refugios antiaéreos cerca, a Shumska le inquieta que un misil ruso pueda impactar en su bloque de viviendas, mientras que también la acompaña la preocupación de si su marido regresará de la guerra vivo y con buena salud. Y es que el estrés está teniendo un claro efecto negativo para la salud de las mujeres.

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