Lucio Gutiérrez abre una nueva etapa y promete erradicar la pobreza

Gutiérrez recibió la banda presidencial de manos del presidente del Parlamento, Guillermo Landázuri, en presencia de unos 1.300 invitados, entre ellos siete gobernantes latinoamericanos y el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. A la ceremonia no asistió el presidente saliente, Gustavo Noboa, que cumple así su deseo de «olvidarse» de la política para dedicarse a la enseñanza. Gutiérrez intentará en los próximos cuatro años desde el Palacio presidencial de Carondelet acabar con la corrupción en el país y mejorar las condiciones de vida de un 70 por ciento de la población que vive en situación de pobreza. Pese a su fama de político populista de izquierdas, Gutiérrez se ha preocupado por lanzar un mensaje moderado en los últimos días que ha sido aplaudido por los organismos multilaterales y por las autoridades estadounidenses, que calificaron a Ecuador de «socio valioso». El nuevo Presidente ya ha avanzado su intención de explorar en los próximos días las posibilidades de un acuerdo de contingencia con los organismos internacionales y de renegociar la actual deuda externa, estimada en unos 15.700 millones de dólares. Gutiérrez, que expresó su apoyo al proceso de dolarización emprendido en 2000, anunció medidas iguales a las de «una economía de guerra» para afrontar una situación económica que describió como «terrible». En el campo social, junto a la reducción de la pobreza, Gutiérrez deberá afrontar el problema del desarraigo de muchas familias debido al creciente proceso de emigración que ha llevado a unos dos millones de ecuatorianos a abandonar el país. Además, otro gran reto será reducir los niveles de corrupción que situan a Ecuador entre los cuatro países más corruptos de América Latina, según el índice de Transparencia Internacional. En el ámbito político, su principal dificultad será armonizar unas relaciones con el poder legislativo que, dominado por los socialcristianos, ya ha dado muestras de abierta confrontación con el nuevo gobernante. La decisión del Partido Social Cristiano (PSC) de rechazar la presidencia del Congreso pese a corresponderle por ser la principal fuerza parlamentaria prevé una tormentosa relación entre el Ejecutivo y el Congreso. Además, las grandes expectativas levantadas por Gutiérrez, sobre todo entre los sectores sociales más pobres y el movimiento indígena, pueden verse frustradas por las exigencias de los organismos multilaterales y los compromisos internacionales. Para conformar un grupo de colaboradores con representación en los principales sectores sociales Gutiérrez ha integrado en el gabinete de ministros a dos indígenas, tres militares, otros cinco profesionales y dos empresarios. Unos 1.300 invitados asistieron a la transmisión de mando, entre ellos los presidentes de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada; de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva; de Colombia, Alvaro Uribe; de Chile, Ricardo Lagos; de Cuba, Fidel Castro; de Perú, Alejandro Toledo; y de Venezuela, Hugo Chávez.