España, Francia y EE. UU. apoyan la lucha marroquí contra el terrorismo
Las investigaciones policiales para esclarecer las tramas del terrorismo islámico que perpetraron los cincos sangrientos atentados de Casablanca del pasado viernes, donde murieron 41 personas y más de 100 resultaron heridas, van por bueno camino, según comunicó el ministro del Interior, Mustafá Sahel. La policía, que cuenta con el apoyo activo de expertos en la lucha antiterrorista de España, Francia y Estados Unidos, pudo establecer ayer la identidad de todos los autores de los atentados, que son 14 terroristas suicidas, 12 de los cuales murieron la misma noche de la matanza y no 13 como dijeron las autoridades en un primer momento. El primer terrorista superviviente, que resultó herido, fue detenido el mismo día de los atentados y se encuentra ingresado en un hospital a la espera de ser interrogado por la policía. El segundo islamista armado fue apresado 48 horas más tarde. Según fuentes autorizadas, estas dos detenciones «han permitido dar pasos extraordinarios y muy rápidos y han sido clave para la investigación». Marruecos ha recibido muestras de solidaridad de todo el mundo y sus autoridades están muy agradecidas a España, Francia y Estados Unidos por su colaboración policial en la investigación de los atentados terroristas de Casablanca. Así lo manifestó públicamente el ministro del Interior marroquí, Mustafá Sahel. A lo que no parecen estar dispuestas, de momento, las autoridades del país magrebí es a muchos intercambios políticos e institucionales. El viaje en clave de solidaridad que tenía que realizar mañana miércoles la ministra de Asuntos Exteriores española, Ana Palacio, a Marruecos ha sido postergado «unos días», según fuentes diplomáticas españolas. Rabat alega problemas de «tipo técnico» debido al relativo desbarajuste y al impacto emocional que ha causado en la clase dirigente y en la sociedad marroquí la matanza de Casablanca. Pero otros observadores interpretan el retraso del viaje de la ministra como «los intentos de algunos sectores de la diplomacia y de la clase política marroquí para evitar ingerencias de otros países en los asuntos internos de Marruecos».