Diario de León

El mandatario se reúne con isarelíes y palestinos en Áqaba para poner en marcha la Hoja de Ruta

Bush logra el apoyo de los árabes pero no que reconozcan al Estado de Israel

«El mundo necesita un Estado palestino independiente y pacífico», dice el presidente americano

El primer ministro palestino (junto al rey de Bahreim) se concentra mientras Bush y Mubarak hablan

El primer ministro palestino (junto al rey de Bahreim) se concentra mientras Bush y Mubarak hablan

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C. Tristán - corresponsal | jerusalén
León

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El Mar Rojo es en realidad un mar de coral de azules aguas cristalinas. Y es también un enclave estratégico compartido por Egipto, Jordania, Arabia Saudí e Israel. Este escenario idílico fue el elegido para la primera visita de George Bush a Oriente Próximo, iniciada ayer en el balneario egipcio de Sharm el Sheij, uno de sus más importantes centros turísticos. La cumbre, a la que asistieron los dirigentes de Egipto, Jordania, Bahrein, Arabia Saudí y el primer ministro palestino Mahmud Abbas ( Abu Mazen ), se inició con dos horas de retraso debido una improvisada reunión, a puerta cerrada y a solas, de los seis líderes por espacio de una hora y media, y se cerró de forma fría con la lectura de declaraciones de Bush y el presidente egipcio, Hosni Mubarak, sin conceder preguntas a los periodistas. Conclusión: la cumbre fue bien, pero no tan bien. El motivo: Bush arrancó el compromiso de los países árabes de apoyar la Hoja de Ruta pero no logró que cedieran a sus presiones para reconocer a Israel. Se lo dejó muy claro el preisdente egipcio Hosni Mubarak: sólo habrá reconocimiento oficial del Estado de Israel cuando Sharon y su ejército abandonen los territorios ocupados. Sin eso, nada. «Soy esa clase de personas que hace lo que dice, y lo que yo digo es que el mundo necesita un Estado palestino libre y pacífico», subrayó Bush, añadiendo que su Gobierno va a trabajar para realizar esta «visión». La cumbre duró escasamente media hora y al término de la misma los presidentes Bush y Hosni Mubarak leyeron sendos comunicados defendiendo la última iniciativa de paz. Bush declaró que ha llegado el momento de que Israel «lidie» con los asentamientos judíos que hay en los territorios ocupados. Este punto constituye la principal exigencia de los palestinos, aunque el primer ministro Ariel Sharón insiste en que la construcción de viviendas para colonos va a continuar en Cisjordania. Bush consiguió que los países árabes se comprometan a combatir el terrorismo «cualesquiera que sean sus justificaciones y motivos», y ayuden a la Autoridad palestina a combatir el terrorismo. La petición de Bush encontró eco en la declaración que efectuó el presidente Mubarak y en la que éste reiteró las palabras pronunciadas por Bush. Pero los norteamericanos no consiguieron arrancar a los países árabes una normalización de las relaciones con Israel. Poco antes de la cumbre, el secretario de Estado, Colin Powell, se reunió con los ministros de Exteriores árabes con esa intención. El encuentro fue tenso y obligó a retrasar la cumbre durante dos horas. Los árabes reiteraron que la normalización sólo llegará cuando Israel se haya retirado de los territorios ocupados. La cumbre de hoy en Áqaba será decisiva para ver si israelíes y palestinos están preparados para la Hoja de Ruta.

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