Diario de León
Manifestantes contra la caza del zorro muestran a un ejemplar muerto ante el Big Ben de Londres

Manifestantes contra la caza del zorro muestran a un ejemplar muerto ante el Big Ben de Londres

Publicado por
Íñigo Gurruchaga - londres
León

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La acalorada polémica británica sobre la caza del zorro ha creado más problemas al ya atribulado Tony Blair. El laborismo llegó al gobierno en 1997 prometiendo un voto en conciencia de los diputados de la Cámara de los Comunes sobre la prohibición de la caza del zorro. Pero lo que en principio era un asunto sin mayores riesgos para la política laborista, que recolecta sus diputados sobre todo en las ciudades, se ha convertido en un quebradero de cabeza para un primer ministro que quiere contentar a todos. La Cámara de los Comunes ya votó contra la caza del zorro, pero la de los Lores bloqueó la ley, mientras se extendía por el país una Alianza del Campo, que congregó una de las mayores manifestaciones de la historia británica para oponerse a la prohibición. La disputa inicial entre urbanitas y gente del campo se mezcló con discusiones técnicas y argumentos sobre la tolerancia. Ante la división agria que la caza del zorro causa en el país, Tony Blair adoptó una solución salomónica. Creó un proyecto de ley que prohíbe la caza del zorro salvo algunos casos especiales, que serían regulados por un sistema de licencias. El proyecto de ley se sometió al voto de la Cámara de los Comunes y Tony Blair, que ha evitado acudir al Parlamento siempre que se ha votado sobre esta cuestión, retiró su proyecto de compromiso ante el tamaño de la rebelión en sus propios escaños. Cruel e inmoral El abanderado de la prohibición, el laborista Tony Banks, fue contundente en la exposición de su punto de vista: «El Gobierno intenta ser objetivo en un asunto que, francamente, es totalmente subjetivo. Es así de simple: yo creo que matar a cualquier animal por deporte o diversión es cruel e inmoral». Banks ganó la contienda. La prohibición total fue apoyada por 362 diputados contra 154. El director de la Alianza del Campo, Darren Hughes, no fue menos explícito: «Estoy absolutamente conmocionado. El Gobierno ha cedido ante un grupo de lunáticos que ven esto como un grupo de pijos montados a caballo y matando zorros». El viceministro de Asuntos Rurales, Alun Michael, encargado de tramitar el proyecto de compromiso, parece ya convencido de que no hay nada que hacer. «Creo que, dentro de dos años, no se cazarán zorros», dijo. Pero queda aún por delante el voto de los Lores, un posible conflicto entre las dos cámaras del Parlamento y el crecimiento de los partidarios de aceptar la caza en los sondeos.

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