La fuerza mestiza

Los indígenas bolivianos, sometidos durante años a gobiernos minoritarios blancos, demostraron con los disturbios que acabaron con el gobierno de Sánchez de Lozada que tienen un empuje imparable. A la cabeza de ellos están Evo Morales y Felipe Quispe, dos representantes de la etnia aymara (25 %). Junto con los quechuas (30 %) y los mestizos (30 %) componen el perfil étnico de un país donde sólo el resto, el 15 %, es blanco. Desde los sindicatos, donde también son mayoría, han ofrecido una tregua al nuevo gobierno. «Le daremos un respiro al presidente Carlos Mesa, una tregua para que se organice y cumpla sus promesas al país», dijo el diputado cocalero y uno de los líderes de la protesta, Evo Morales. Quispe, el diputado campesino que comenzó la protesta el 15 de septiembre con un corte de rutas en la región andina, dijo que esperaba conversar con Mesa antes de ordenar el levantamiento de los bloqueos de las carreteros. La Central Obrera Bolivia (COB) evaluaba la suspensión de la huelga indefinida, pero en la práctica la normalidad se iba recuperando en La Paz. Los idiomas en los que hablan son oficiales junto con el español, que muchos de ellos, en particular los que viven en regiones alejadas de los núcleos urbanos, apenas chapurrean para los intercambios comerciales con turistas. En los últimos años, han dejado escuchar su voz. Incluso la composición del último congreso, en el verano del 2002, dio origen a comentarios sobre el colorido de polleras (faldas), sombreros y trajes típicos que lucieronalgunos de los diputados. Y es que por primera vez en la historia, un indígena, Evo Morales, estuvo a punto de quedarse con la presidencia que, a base de acuerdos y coaliciones, ganó en una votación extrema Gonzalo Sánchez de Lozada, investido presidente en agosto de ese mismo año. Ahora es el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), la segunda fuerza parlamentaria. Y si Sánchez le acusó de estar detrás de golpe de Estado «narco-sindicalist», Morales se prepara ahora para acusar al ex mandatario de genocidio por la muerte de 110 personas en la represión a las protestas sociales durante un año y setenta y dos días de su segundo gobierno. También en la caída del rico empresario de 73 años tuvieron mucho que ver, ya que la protesta la comenzaron campesinos y mineros, todos indígenas, y los muertos también fueron mayoritariamente pobladores autóctonos del país más pobre de Sudamérica. Y también son estos grupos étnicos quienes padecen estoicamente la pobreza endémica. Aunque los analistas dudan que sea viable el postulado del radical Morales de que el Estado sea conducido exclusivamente por las etnias indígenas, ellos confían en cabecillas como Morales, una bestia negra para Estados Unidos o incluso para México, que le negó el visado para la cumbre de la organización Mundial de Comercio.