El Parlamento Europeo da el «sí» para que Turquía entre en la Unión

Un «sí» muy condicionado y sujeto a restricciones, pero un «sí» al fin y al cabo. El pleno de la Eurocámara extendió ayer una alfombra roja en el camino de Turquía hacia su europeización, al apoyar de forma nítida que este país inicie la negociación para adherirse a la Comunidad como miembro de pleno derecho. La decisión parlamentaria no es vinculante, pero anticipa de alguna forma la que esta noche tomarán los líderes comunitarios en la cumbre que tendrá lugar en Bruselas. Entre el «sí» claro y el «no» rotundo, los eurodiputados tomaron el camino del medio para resolver esta delicada cuestión con una fórmula que se resumiría perfectamente en el «puede» o en el «sí, pero». Por 407 votos a favor, 262 en contra y 29 abstenciones, la Eurocámara respaldó que Bruselas inicie «sin demora injustificada» las negociaciones de adhesión con Ankara, pero sin garantizar que éstas deriven por fuerza en la adhesión. El acuerdo enumera todos los requisitos que ha de cumplir Turquía para ser aceptada, como el respeto a la minoría kurda, el cese de las torturas o la resolución del conflicto con Chipre y con Armenia. En sin-tonía con lo propuesto en su día por la Comisión Europea, los diputados también exigen que se suspendan las negociaciones «en caso de infracción grave» de los principios de libertad, democracia y derechos humanos. Pero una cuestión tan delicada para Europa, como es la turca, no se resolvió tampoco sin polémica. Los democristianos alemanes, respaldados por 170 eurodiputados de distintos grupos y nacionalidades, reclamaron que se votasen dos enmiendas de forma secreta, en las que se rechazaba que Turquía fuese un miembro de la UE de pleno derecho, en la creencia de que así podía aflorar un voto más contrario a las aspiraciones turcas. Votación secreta No obstante, ambas iniciativas decayeron por más de 400 votos, provocando fuertes críticas de los grupos de izquierda contra los democristianos alemanes y la ultraderecha francesa que pidieron la votación secreta. El líder de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, llegó a calificar de «vergüenza democrática» lo ocurrido. El propio presidente de la Eurocámara, Josep Borrell, se felicitó de que la institución haya apostado por las negociaciones para una «plena adhesión» y que, por el contrario, haya rechazado «un plan B». La decisión de la Eurocámara no es, sin embargo, vinculante y el futuro europeo de Turquía está ahora en las manos de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco, que hoy se reúnen en Bruselas para intentar ponerse de acuerdo sobre la fecha en la que empezarían las negociaciones. El primer ministro holandés y presidente de turno de la UE, Jan Peter Balkenende, avanzó que la UE se encamina a darle un «sí» a Turquía, aunque recordó que la decisión debe ser unánime y sigue sometida a posibles «desenlaces inesperados». En vísperas de la cumbre europea que debería decidir el inicio de las negociaciones de adhesión con Turquía -pero con condiciones muy estrictas-, los dirigentes turcos alzaron el tono declarando que el ingreso a la Unión Europea no se hará a cualquier precio. «Turquía no dudará en decir no» si la Unión Europea le ofrece en la cumbre de Bruselas una alternativa distinta a la perspectiva de adhesión plena a la Unión, dijo ayer el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, a diplomáticos europeos.