Diario de León

La Presidencia británica logra el dudoso honor de poner de acuerdo a toda la Unión, en su contra | Crónica | Primer cara a cara en los Comunes |

La amenaza de veto obliga a Blair a presentar un nuevo presupuesto «Tory» Blair a Tony Blair: «Piensa el primer ministro saliente...»

El nuevo líder de los conservadores británicos, David Cameron, aprueba con nota su primer careo parl

Blair habla frente a Cameron (centro) y varios diputados «tories»

Blair habla frente a Cameron (centro) y varios diputados «tories»

Publicado por
Juan Oliver Imanol Allende - corresponsal | bruselas corresponsal | londres
León

Creado:

Actualizado:

La oferta presupuestaria de Tony Blair convocó ayer un inusitado consenso: es inaceptable y no permitirá alcanzar un mínimo acuerdo sobre las cuentas de la Unión Europea para el periodo 2007-2013. La Presidencia británica reconoció que su propósito de recortar el gasto comunitario al 1,03% del PIB, y a la vez elevar el importe del cheque que Reino Unido recibe cada año de la UE, no ha gustado prácticamente a nadie. El ministro de Exteriores, Jack Straw, se comprometió a presentar un nuevo documento el próximo miércoles, sólo un día antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, pero advirtió que el margen de maniobra es «estrecho». Los ministros de Asuntos Exteriores se reunieron en Bruselas con el objetivo de debatir la propuesta británica, pero apenas hubo discusión: sólo Malta la consideró factible, y sólo Estonia y Alemania mostraron cierta esperanzas de llegar a un acuerdo la semana que viene. El resto, incluidos aquellos países a las que se suponía cierta cercanía a los postulados de Blair, como Suecia y Holanda, se limitaron a constatar la imposibilidad de un acercamiento. Las críticas más duras provinieron de España, Francia, Italia, Portugal y de varios países del Este, estos últimos poco dispuestos a aceptar el recorte de 14.000 millones de los fondos estructurales que Reino Unido quiere aplicar a sus expectativas. «Esperamos una propuesta muy distinta, con más gasto y que aborde la reducción del cheque británico», dijo ayer el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Fernando Navarro, quien sustituyó en la reunión al ministro Miguel Ángel Moratinos. Navarro recordó que España, Italia y Francia sufragan cada año el 75% de los casi 5.000 millones de euros del «cheque», un instrumento que, a su juicio, invierte el principio de solidaridad nutriendo las arcas de uno de los países más ricos a costa de las necesidades de los más pobres. La propuesta de Blair impide que España siga recibiendo más dinero del que aporta a la UE hasta el 2013, uno de los objetivos irrenunciables que, según Navarro, se ha propuesto el Gobierno de Zapatero en la negociación, y que depende en gran medida de lo que tenga que aportar al cheque. Había gran expectación en los Comunes ante el nuevo retablo de títeres. Lleno hasta la bandera. Y el nuevo líder tory tomó la palabra y se dirigió a Blair con el sarcasmo como preludio: «¿Piensa el primer ministro saliente que...?» Carcajadas y barullo. El nuevo jefe del Partido Conservador británico, David Cameron, obtuvo un aprobado alto en su primera confrontación política con el primer ministro, Tony Blair, en el Parlamento. Cameron demostró no faltarle tablas de gran político a pesar de su escasa experiencia y de su juventud, sólo tiene 39 años. En su primer careo con Blair, Cameron le recordó al premier que ya era casi un capítulo del pasado, mientras él representaba el futuro. El debut de Cameron en Westminster como líder de la oposición fue seguido por una Cámara abarrotada de parlamentarios que querían puntuar al joven líder tory . Su entrada en el hemiciclo fue vitoreada por los conservadores, que en medio del júbilo sacudieron los papeles con la orden del día, en un tradicional saludo de bienvenida. Cuando el presidente de los Comunes, Michael Martin, le dio la palabra a Cameron para intervenir en el semanal turno de preguntas al primer ministro, los tories gritaron su nombre y tras el un sonoro y prolongado «¡Sí!» en medio de un júbilo como no se recordaba. Pero a pesar de que Cameron indicó el martes tras su elección que no tenía la intención de seguir una política parlamentaria similar a los golpes que se intercambian los títeres, no llevaba ni tres minutos de intervención cuando le lanzó a Blair la primera flecha y esta iba envenenada: «Quiero hablar del futuro y usted (a Blair) fue el futuro una vez». Pero sí es cierto que se notó cierta ausencia de acritud en su intervención cuando se compara con la de anteriores líderes de la oposición. Por ejemplo, Cameron dijo que apoyaría las polémicas reformas educativas presentadas por Tony Blair y habló de «trabajar juntos» porque «la educación es uno de los servicios públicos con una desesperada necesidad de reforma». Ayer fue imposible no hacer un parangón entre el nuevo líder tory y un Blair que llegó en 1994 con la misma edad a Westminster como líder de la oposición, entonces el Partido Laborista. Tres años más tarde el joven dirigente se convirtió en primer ministro, repetición con la que muchos acólitos de Cameron en los Comunes soñaban ayer. Y es que las similitudes entre ambos son muchas. No en vano, el apodo de Cameron es Tory Blair. «Los ingleses sí han buscado el consenso: el consenso de todos en su contra» DALIA GRYBAUSKAITÈ Comisaria de Presupuestos de la UE

tracking