Diario de León

| Crónica | El campesino que llegó a mandatario |

La hora de Evo

El presidente de Bolivia, que toma posesión de su cargo mañana en una peculiar ceremonia con ritos aymara, se debate entre la presión de EE.UU. y la de los habitantes más pobres

Una diseñadora de Punto Blanco controla la calidad de una de las «chompas» que ha puesto de moda Evo

Una diseñadora de Punto Blanco controla la calidad de una de las «chompas» que ha puesto de moda Evo

Publicado por
Hernan Zin - enviado especial | la paz
León

Creado:

Actualizado:

Más de cien personalidades de todo el mundo están a punto de aterrizar en el aeropuerto internacional de La Paz para asistir a la toma de posesión de Evo Morales como presidente de Bolivia. El Príncipe de Asturias y el ministro de Exteriores representarán a España. También asistirán los líderes de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. Evo Morales hará honor a su peculiar forma de entender la vida política y será previamente investido por el rito aymara. Después, el campesino Evo se convertirá en mandatario. Su país, en donde la mayor parte de los habitantes son pobres de solemnidad pese a que cuenta con riquísimos yacimientos de gas, espera con ansiedad los cambios prometidos. Encarnación Quispe tiene los dientes cubiertos por fundas de oro, el cabello peinado en dos trenzas y sobre la cabeza lleva un sombrero negro. Desde hace 50 años pasa los días sentada tras una enorme bolsa llena de hojas de coca que ofrece en paquetes de uno, tres y cinco bolivianos a los transeúntes de un barrio periférico de La Paz. «La coca para el pobre es muy importante porque le saca el hambre, le da fuerza para trabajar, le permite purificar a la Pacha Mama y curar la diabetes», afirma mientras se lleva a la boca un puñado de hojas verdes. De origen aymara, comenzó a cultivarla junto a sus tías cuando tenía siete años. No sabe leer ni escribir. Y su vida ha girado en torno a esta planta que, en los últimos años, se ha convertido en la causa de enfrentamientos entre el Gobierno y los cultivadores provocando nu-merosos muertos y un profundo clima de inestabilidad. Tal relevancia tuvieron las marchas contra la supresión de su cultivo de coca que mañana el principal líder cocalero del país, Evo Morales, asumirá la presidencia de Bolivia. Luis Rosales, asesor de campaña del presidente Gonzalo Sánchez Losada -que abandonó el poder en el 2003 empujado por las protestas-, explica así la sucesión de los acontecimientos: «En 1998, el presidente Bánzer, alentado por EE.UU., decidió poner en marcha el programa Coca cero. Esto provocó un agujero en el déficit de mil millones de dólares que después Sánchez Losada intentó llenar privatizando el gas, pero que terminó provocando aún más rabia en la sociedad». Carlos Mesa, su sucesor, impuso cupos para el cultivo de 2.500 hectáreas (hoy ascienden a 6.000). Pero también se vio obligado a renunciar dos años más tarde debido al descontento social. Silvia Rivera, integrante del movimiento Coca y Soberanía, participó en la resistencia contra la erradicación de la coca. «Ancianos, mujeres y niños salían a enfrentarse a los militares», explica. «La noche anterior hacíamos rituales con hojas de coca porque para nosotros es más que una planta, es la forma en que nuestra alma se comunica con la tierra». En la Feria de la Coca se presentan distintas aplicaciones: desde cremas contra el acné, hasta panes, tartas y caramelos. «Queremos que Evo articule un espacio para que la hoja se convierta en un producto de consumo masivo y exportación», explica Rivera. Ahora Morales tiene ante si un escenario complejo. Por una parte, la presión de EE.UU. para que evite que sea transformada en cocaína. Por otra, las demandas de aumento de producción de los cocaleros que en buena medida lo llevaron al poder.

tracking