Bush mintió sobre los camiones con supuestas armas biológicas

El presidente de EEUU., George W. Bush, aseguró públicamente que dos camiones capturados en Irak eran «laboratorios biológicos» móviles, poco después de que los servicios del espionaje estadounidense demostrasen que no era cierto. Un informe elaborado por una misión secreta de expertos técnicos, enviada a Irak por el Pentágono, señaló que los vehículos que habían sido capturados por tropas de Estados Unidos no tenían nada que ver con armas de ese tipo, según informó ayer el diario The Washington Post . Los expertos remitieron sus primeras conclusiones a Washington el 27 de mayo del 2003 y, dos días después, el presidente dijo: «Hemos encontrado armas de destrucción masiva». También los máximos responsables de la CIA mantuvieron públicamente, un día después de conocer el informe, que los camiones eran laboratorios para fabricar armas biológicas. Un portavoz de la Agencia de Información de Defensa (DIA) aseguró al diario que las conclusiones de la misión no se ignoraron, sino que se incorporaron al trabajo del equipo que se encargaba entonces de la búsqueda de armas de destrucción masiva. El Post también cita a uno de los expertos que inspeccionó los vehículos y que mantiene que «no había conexión con nada biológico», entre otras razones, porque los camiones no contaban con el equipo básico necesario para poder producir armas de esas características. Las últimas palabras El jurado en el caso contra Zacarías Moussaoui, el único procesado por el 11-S en EE.UU., escuchó ayer las últimas con-versaciones registradas en el vuelo 93 de United Airlines, antes de se estrellase en una zona rural de Pensilvania. «No te muevas, siéntate», se escucha en un momento de uno de los secuestradores a un pasajero. «¡Por favor, no me maten!», grita uno de los viajeros. «¡No quiero morir!», se escucha a otro. La cinta, que reproduce du-rante media hora lo que ocurrió en la cabina del UA 93, fue en-tregada como cierre de la entre-ga de pruebas. El jurado pudo escuchar testimonios que hasta ahora no habían sido difundidos públicamente, incluido el de uno de los terroristas que se hizo pasar por el capitán del avión e informó a los pasajeros de lo que estaba ocurriendo. «Alá es el más grande», en árabe, mientras una voz en inglés grita «¡No, no, no!», son las últimas palabras que se pueden escuchar segundos antes de que el avión se estrellase. Los cuatro secuestradores tenían previsto dirigir el avión contra el Capitolio en Washington, pero éste se estrelló finalmente junto a Shanksville.