Diario de León

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Primeros signos para el optimismo

Publicado por
Miguel Murado
León

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El viernes es el día sagrado musulmán y el sábado, el judío por lo que en el Líbano y en Israel el mercado abre los domingos. Y eso es lo que parecía que ocurría ayer en ese solar en destrucción en el que de repente se ha convertido Oriente Medio: el bazar ha abierto y los políticos por fin empiezan a regatear. Podría ser una buena señal. Mientras la visita de la Secretaria de Estado Rice atraía toda la atención, otra reunión quizás más importante tenía lugar ayer en Jerusalén, esta entre el atribulado ministro de Defensa israelí, Peretz, y el ministro de Exteriores alemán Steinmeier. Pocos lo recordaran, pero Steinmeier fue el hombre que pactó el intercambio de prisioneros del 2004 entre Israel y Hezbolá. Ya corría el rumor de que el espionaje ruso y alemán podrían estar preparándose para organizar el canje y la visita de Steinmeier le da credibilidad al rumor. Sobre todo si sumamos que también ayer Hezbolá autorizó al Gobierno libanés para negociar sobre los soldados israelíes capturados y que, en Gaza, Hamás también ofrece liberar al soldado en su poder a cambio de una tregua. Tras este ligero cambio de paso estaría una realidad que empieza a abrirse paso en Israel: la operación en Líbano va mal, en muchos sentidos. Según algunos cálculos tan solo «uno o dos» de los más de 300 muertos en los bombardeos del Líbano eran miembros de Hezbolá. Israel ya no sabe qué bombardear y casi no tiene con qué (ayer hacia un pedido urgente de bombas a Washington), pero no ha logrado destruir a Hezbolá, que sigue haciendo caer misiles en Haifa con resultados menos eficaces, pero con idéntico desprecio por la vida de los civiles. Tampoco la ofensiva terrestre israelí parece estar siendo gloriosa. Es pronto para saberlo, pero tras haberse tomado unas vacaciones del sentido de la mesura, Israel podría estar buscando una salida y ayer hablaba incluso del despliegue de una fuerza multinacional en el Líbano, algo que hasta ahora rechazaba por temor a que sirva de precedente para Gaza. Ahora lo ve como la única manera de controlar al grupo terrorista Hezbolá, al que ese despliegue no interesa tampoco. Pero al menos han abierto los puestos y hay mercadeo, lo más parecido a la negociación que se puede esperar en esa parte del mundo. Otra cosa es que acuerden un precio antes de que arda la tienda en la que se efectúa la transacción.

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